El impacto del COVID-19 en América Latina no solo ha sido a nivel sanitario sino también económico al generar retrasos en el diagnóstico y atención del cáncer que podría alcanzar los US$ 5,000 millones, además de incidir en la muerte de personas que interrumpieron sus tratamientos.
“Si bien el impacto también se ha visto a nivel mundial, los países de América Latina resultan más vulnerables debido a la ya existente falta de recursos y disparidades en cuanto a acceso al cuidado de la salud”, comentó Fernando Giannoni, líder de Asuntos Públicos y Comunicaciones para Latinoamérica en Roche.
Recordó que, actualmente, el cáncer es la segunda causa de muerte en América Latina, con más de 700,000 fallecimientos registrados en el 2020.
El reporte, llamado “El impacto de la pandemia de COVID-19 en el cuidado del cáncer en América Latina”, fue desarrollado por un equipo de expertos médicos, y organizaciones como Americas Health Foundation, EY-Parthenon y el Catalyst Consulting Group, y patrocinado por Roche.
El informe recupera la experiencia de organizaciones de pacientes, centros oncológicos y un análisis sobre el impacto económico en gastos para el cuidado de cáncer en 11 países de la región.
El estudio refirió que la pandemia del COVID-19 afectó significativamente a los sistemas de salud en América Latina, y también develó el impacto causado a los pacientes y cuidadores de los que viven con enfermedades crónicas y no transmisibles, como el cáncer.
Diversos impactos
En el estudio, 80% de los participantes reportaron interrupciones en atención y actividades de prevención del cáncer por la sobrecarga en los sistemas de salud.
Además, un 96% informó de una disminución en la realización de pruebas diagnósticas y de monitoreo, entre ellas las mamografías, a causa de las medidas de precaución, como cuarentenas, y limitaciones financieras.
En tanto, el 93% de los médicos informaron que al momento del diagnóstico sus pacientes ya tenían etapa avanzada del cáncer, lo que significa un peor pronóstico y opciones de tratamiento limitadas para el paciente.
Con estos números, se estima que unos 473,000 latinoamericanos se verán afectados por un cambio en la etapa clínica del cáncer y fallecerán por el retraso del tratamiento o caerán en catástrofe financiera y empobrecimiento.
Asimismo, el impacto económico generado por retrasos en el diagnóstico y tratamiento en América Latina está estimado en US$ 5,000 millones.
Los hallazgos del estudio buscan aportar referencias para un plan de recuperación para los sistemas de salud.
Giannoni resaltó que el estudio pretende contribuir a los esfuerzos de Gobiernos y sistemas de salud de la región, “para identificar soluciones integradas a cada desafío con el fin de estar mejor preparados ante cualquier crisis o emergencia como lo ha sido esta pandemia”.
Además, dijo, reafirma el compromiso de Roche con los sistemas de salud de la región, ya que brinda la oportunidad de compartir el conocimiento y fomentar conversaciones que movilicen acciones en favor los pacientes con cáncer.
“Los gobiernos, grupos de pacientes y las organizaciones médicas deben implementar programas para concientizar a los pacientes con cáncer y a los cuidadores para enfrentar la nueva realidad y adoptar las lecciones aprendidas de esta pandemia como parte integral de la nueva normalidad de la atención del cáncer”, concluyó Giannoni.