La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hoy que la revisión de la información y datos científicos relacionados con la duración de la inmunidad que ofrecen las vacunas contra el COVID-19 indican que ésta se extiende hasta seis meses después de haber recibido la segunda inoculación (o la dosis única en el caso de la vacuna Jenssen).
“Hemos revisado los datos que hay y la mayoría muestra que la inmunidad tiene una duración de hasta seis meses”, dijo la directora del Departamento de Inmunización de la OMS, Kate O’Brien, en una conferencia de prensa.
El grupo que asesora a la OMS en cuestiones de inmunización emitió hoy las conclusiones del análisis de datos que ha efectuado en los dos últimos días, pero señaló que es muy pronto para pronunciarse sobre la nueva variante ómicron y cómo responde a las vacunas.
El grupo asesor recomendó formalmente que los países actúen con flexibilidad a la hora de planificar las próximas fases de sus programas de vacunación para contener la pandemia, que solo la semana pasada causó 4,1 millones de nuevas infecciones confirmadas y 52.000 muertes en el mundo.
Esa flexibilidad consiste en poder inmunizar a la gente con la primera dosis de una vacuna y la segunda dosis de otra, lo que permitirá a los países que no tienen reservas de vacunas enfrentar el problema de un suministro impredecible.
Por otro lado, numerosos países tienen hasta cuatro vacunas en sus planes de inmunización contra el COVID-19 y poder combinarlas evitará que parte de esas existencias venzan y se pierda, comentó O’Brien.
No obstante, los expertos consideran que siempre que sea posible se den las dosis del mismo producto.
Las vacunas que han sido autorizadas por la OMS y la mayoría de reguladores que son considerados referencia internacional ofrecen “una protección robusta al menos seis meses contra formas severas de la enfermedad, aunque se ha observado cierta disminución (de la eficacia) frente a cuadros graves, especialmente en adultos mayores y personas con enfermedades subyacentes”, detalló el presidente del grupo, Alejandro Cravioto.
Por esa razón, la instancia de científicos indicó que mantiene su recomendación de que solo se ofrezcan dosis de refuerzo a esos grupos vulnerables, así como a los trabajadores sanitarios, en particular si recibieron vacunas con virus inactivados, que corresponde a la tecnología utilizada en las vacunas de las farmacéutica chinas Sinovac y Sinopharm.
Estas vacunas, que se encuentran en la lista de uso de emergencia de la OMS, han sido ampliamente administradas en numerosos países en desarrollo, incluidos los latinoamericanos.
En ese caso, el personal sanitario “debe recibir el refuerzo lo más pronto posible”, señaló Cravioto.
Reservar las terceras dosis a los grupos de mayor riesgo permitiría que los países pobres, donde las tasas de vacunación son muy bajas, puedan recibir las vacunas que necesitan, defiende la organización.