La pandemia de coronavirus está haciendo que algunos poderosos sindicatos del cobre en Chile avancen con una posición debilitada hacia las discusiones contractuales, dando ventaja a grandes mineras como Codelco y Antofagasta en sus esfuerzos por contener sus costos para los próximos años.
Líderes gremiales admitieron que los aumentos salariales, los bonos y amplios beneficios normalmente acordados serán más difíciles de lograr ahora, ya que la pandemia debilitó al mercado global del metal rojo, afectando a las ganancias de las compañías en Chile, su principal productor mundial.
El calendario de negociaciones difiere para cada mina y sus sindicatos, pero corren el riesgo de retrasarse hasta que el país salga de la contingencia sanitaria por el COVID-19.
“Evidentemente que no estamos abocados en este momento en la negociación colectiva, solamente estamos en el proceso de coronavirus y cuando haya que analizar el tema de la negociación, eso va a estar medio duro”, comentó a Reuters Felipe Román, jefe del gremio de operarios de Collahuasi, una asociación de Anglo American y Glencore.
Con más de 1,000 trabajadores, Collahuasi es la discusión más importante en ciernes. En el 2010, los operarios protagonizaron una huelga de más de un mes.
Si las empresas entran en las negociaciones con ventaja, como se espera, podrían lograr reducir costos en una industria que lleva tiempo buscando de forma frenéticamente cómo aumentar la eficiencia.
“Hay muchas situaciones exógenas que se plantean en un escenario así y que hace que las expectativas puedan resultar más difícil de alinearse”, señaló Juan Carlos Guajardo, jefe de la consultora Plusmining.
El coronavirus ha complicado su resolución. El precio del cobre cayó a un mínimo de cuatro años en marzo, a medida que cayó la demanda de China, mayor consumidor mundial del metal. Pero los precios han recuperado algo de terreno a medida que China comenzó a reabrir.
Otros sindicatos reconocen que es posible que no puedan obtener los edulcorantes contractuales habituales.
“Eso es materia de la discusión. Nosotros siempre vamos con una postura adaptada a la situación que se está viviendo”, dijo Guillermo Esquivel, jefe del sindicato de trabajadores en la mina Zaldívar de Antofagasta.
“Las expectativas tienen que ser mesuradas”, agregó, diciendo que hasta ahora no había habido ninguna propuesta de adelantar las conversaciones.
En negociaciones recientes, la estatal Codelco y otros presionaron para lograr reducir algunos costosos beneficios.
Y dado que las empresas sufren retrasos en proyectos para contrarrestar caídas en las leyes minerales y mejorar la producción, es posible que estén menos dispuestas a considerar los bonos de desempeño o mantener otros beneficios como generosas coberturas de salud, según expertos.
Antofagasta Minerals, Collahuasi y Codelco declinaron comentar sobre sus próximas conversaciones contractuales.
Bonos millonarios
Los bien remunerados mineros del cobre argumentan que han trabajado bajo mayor riesgo para mantener las operaciones, lo que debería ser compensado, pero no lograrían apoyo en un país azotado por protestas contra la desigualdad antes de la crisis sanitaria.
El sector se ha mantenido mayormente operativo, con medidas que incluyen distanciamiento y turnos más largos para reducir los viajes hacia y desde las minas.
“Un contexto de crisis de bajo precio del cobre y de dotaciones reducidas es un escenario más complejo y en un país que también va a estar en crisis. Quizás, por eso digo, que se abre un espacio para que no vayan más estos millonarios bonos”, dijo Alejandra Wood, directora ejecutiva del chileno Centro de Estudios de Cobre (Cesco).
Los crecientes temores sobre mayor automatización en los procesos para mejorar la productividad también han puesto a los sindicatos a la defensiva.
Además, el virus podría retrasar las conversaciones, con la industria apoyando una legislación propuesta para retrasar las de cualquier contrato que expira durante o hasta 60 días después de finalizar el estado de catástrofe declarado el 19 de marzo.
Diego Hernández, jefe de la Sociedad Nacional de Minería, que agrupa al sector, dijo que no aprobar la ley podría obstaculizar los procesos y complicar el rol de mediación del gobierno.
“No adoptar una medida de esta naturaleza, conllevaría el peligro de un atascamiento de negociaciones”, afirmó.
Los trabajadores están divididos sobre el eventual retraso. La Federación Minera, que reúne a la mayoría de los sindicatos mineros privados, se opone al proyecto, pero otros líderes laborales dicen que la demora podría impedir que las empresas utilicen el “efecto pandemia” como herramienta de negociación.
Por ahora, la resistencia sindical y la falta de consenso político retrasan la iniciativa legal, aunque los líderes del país, conscientes de las huelgas debilitantes del pasado que perjudicaron al sector, están ansiosos por que las dos partes lleguen a un acuerdo.
“Esperamos que los trabajadores, dirigentes sindicales y las empresas puedan alcanzar acuerdos que beneficien a ambas partes, tal como se ha venido haciendo en los últimos años”, dijo a Reuters el ministro de Minería, Baldo Prokurica.