Con el nivel del lago de agua dulce más grande de China en mínimos históricos debido a la sequía, los operarios abrían zanjas para hacer que el agua siga fluyendo y riegue los cultivos.
La drástica disminución del nivel del agua en el lago Poyang, ubicado en la provincia de Jiangxi, en el centro del país, había cortado los canales de riego de las tierras próximas en una de las principales regiones productoras de arroz de China.
Pero los operarios, que solo trabajan por la noche debido a las altas temperaturas diurnas, emplearon excavadoras para abrir las zanjas, según reportó la agencia noticiosa oficial Xinhua.
Las altas temperaturas han provocado incendios en las montañas que han obligado a evacuar a 1,500 personas en el suroeste de China, y las fabricas han recortado su producción mientras las centrales hidroeléctricas reducen su rendimiento debido a la sequía.
La sequía y el calor han marchitado los cultivos y redujeron el cauce de los ríos, incluyendo el gigantesco Yangtsé, interrumpiendo el tránsito de mercancías y reduciendo la producción de energía.
Alimentado por los principales ríos del país, el lago Poyang tiene una superficie media de casi 3,500 kilómetros cuadrados (1,400 millas cuadradas) en temporada alta, pero ahora cuenta con apenas 737 kms cuadrados (285 millas cuadradas) en medio de la reciente sequía.
Una amplia franja del oeste y el centro de China se han registrado días con temperaturas superiores a los 40 grados Celsius (104 Fahrenheit) debido a las olas de calor estivales, que han comenzado antes y han durado más de lo habitual.
En una de las ciudades más afectadas, Chongqing, los centros comerciales retrasaron su apertura a las 16:00 horas y los residentes buscaron dejar atrás el calor en refugios antiaéreos que datan de la Segunda Guerra Mundial.
La situación en China es un reflejo de lo que ocurre en Europa y en otros puntos del hemisferio norte, donde las altas temperaturas están pasando factura en la salud pública, en la producción de alimentos y en el medio ambiente en general.