Pronósticos de temperaturas elevadas y escasas lluvias hacen crecer el nerviosismo entre productores agrícolas de Argentina, que en las últimas semanas ha visto caer de forma reiterada y severa las previsiones de sus cosechas de soja y maíz debido al clima adverso, dijeron el martes especialistas del sector.
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y el segundo de maíz. Pero una grave sequía entre diciembre y la primera mitad de enero provocó importantes pérdidas en los dos principales cultivos de Argentina.
Si bien lluvias a mediados del mes pasado trajeron alivio y la esperanza de una mejora en el patrón climático, el agua caída desde entonces ha sido muy inferior a lo esperado y con temperaturas previstas en torno a los 40 grados centígrados los próximos días, seguidas de pocas lluvias, los temores crecen.
En importantes partes del núcleo agrícola argentino “la situación es muy complicada y la verdad es que lo que nos dicen de posibles diez días sin agua va a ser crítico. Hay mucho nerviosismo, mucha preocupación”, dijo Cristian Russo, agrónomo titular de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La BCR ha hecho drásticos recortes en sus cálculos de producción. El mes pasado redujo en cinco millones y ocho millones de toneladas sus estimaciones para las cosechas de soja y de maíz 2021-2022, respectivamente, debido a la sequía de diciembre y enero.
Actualmente prevé la cosecha de soja en 40.5 millones de toneladas y la del maíz en 48 millones de toneladas. Sin embargo, la semana pasada advirtió que la actual campaña se encamina hacia la del ciclo 2017-2018, cuando la producción de soja fue de 35 millones de toneladas.
“Estamos ante una persistencia del evento La Niña y un verano (austral) que sigue siendo complicado”, dijo el meteorólogo independiente Leonardo De Benedictis, haciendo referencia al fenómeno climático que hace caer el volumen de lluvias en el centro de Argentina.
De Benedictis prevé para el martes y el miércoles temperaturas de hasta 37 grados centígrados en el corazón agrícola argentino, donde, salvo las regiones más occidentales, las precipitaciones han sido casi inexistentes desde mediados de enero y el estado es de sequía.
A los días cálidos les seguiría el ingreso de un frente frío del sur, que generaría algo de inestabilidad. Sin embargo, el meteorólogo especializado en agricultura señaló que “va a ser más la ilusión de agua, que el agua misma”, con volúmenes por debajo de los 10 mm donde se produzcan las precipitaciones.
“Son dos semanas clave para definir la soja de primera y de segunda”, explicó Russo, que agregó que en las próximas semanas también están en juego los rendimientos del maíz de segunda de Córdoba, la principal provincia maicera de Argentina.
Las condiciones también afectan a otros países de la región. El viernes el Gobierno paraguayo dijo que su cosecha de soja 2021-2022 podría registrar una pérdida de hasta un 50%, con una cosecha de diez millones de toneladas, debido a la sequía.
En tanto, al igual que otros especialistas, De Benedictis cree que, a pesar de lo que se presumía hace solo un mes, el fenómeno La Niña continuaría golpeando a los campos argentinos hasta iniciado el otoño austral, a fines de marzo.
“El cambio de condiciones no se espera hasta la llegada del otoño. Hay previsiones de un sistema de inestabilidad que deje algo general de agua para fines de febrero, pero un cambio estructural de la atmósfera lo podríamos ver recién a fines de marzo o principios de abril”, explicó De Benedictis.