Cientos de pasajeros rusos han llenado los trenes a la capital de Finlandia, Helsinki, desde San Petersburgo todos los días desde que comenzó la guerra en Ucrania, ya que los cierres mutuos del espacio aéreo cortaron las conexiones aéreas entre Rusia y la Unión Europea (UE).
Los dos trenes que cubren esa ruta estaban casi vacíos antes de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero, pero ahora están llenos, con 700 personas que llegan desde Rusia a diario, dijo el operador ferroviario público finlandés VR.
Otros cientos de personas viajan en auto para unirse a las largas colas en los pasos fronterizos de Finlandia, Estonia o Letonia, ya que muchos rusos, que temen un conflicto más amplio entre Rusia y Occidente por Ucrania, buscan la forma de abandonar el país.
Más de dos millones de ucranianos han huido hasta ahora de los combates en su país, la mayoría hacia los países vecinos de Europa Central y Oriental.
La UE ha acordado conceder la residencia temporal a los refugiados ucranianos, pero la situación de los rusos que desean prolongar su estancia en el bloque no está clara.
Para Philip, de 40 años, su mujer y su hija pequeña, el viaje a Helsinki iba a ser unas esperadas vacaciones de cuatro días para esta familia rusa, pero ahora no están seguros de que puedan volver a casa.
“Sólo hemos venido aquí porque parecía ser la única forma rápida de salir de San Petersburgo”, dijo tras bajar del tren. “La gente que entiende lo que está pasando realmente está disgustada y ya he oído hablar de varios amigos y colegas que ya se han marchado o que están intentando desesperadamente marcharse”, añadió, pidiendo a Reuters que obviara su apellido.
Antes del viaje, él y su esposa pasaron varios días tratando de retirar todo el dinero que pudieron de sus cuentas de ahorro, mientras la incertidumbre financiera causada por las sanciones occidentales obliga a los rusos a luchar por conseguir dinero en efectivo y una posible salida de la crisis.