El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, obtuvo este miércoles de su aliado chino una reafirmación de la amistad “ilimitada” de ambos países frente a Estados Unidos en su visión de construir un nuevo orden mundial, durante su primera visita a este país desde la invasión de Ucrania.
Ante la resistencia ucraniana y la unidad de las democracias occidentales, que le impusieron sanciones sin precedentes, Rusia solo puede apoyarse en la potencia china para escapar del aislamiento económico total.
En este contexto, Lavrov aprovechó un encuentro bilateral en el este de China con su homólogo Wang Yi para anunciar el advenimiento de un nuevo orden mundial, soñado por ambos países.
“Estamos viviendo una etapa muy seria en la historia de las relaciones internacionales”, declaró, al inicio de una reunión bilateral con su homólogo chino, Wang Yi.
“Estoy convencido de que al final de esta etapa la situación internacional será mucho más clara, y que nosotros, juntos con ustedes y con nuestros partidarios, avanzaremos hacia un orden mundial multipolar, justo, democrático”, dijo Lavrov al ministro chino.
“Las relaciones sino-rusas resistieron bien el desafío del cambio de la situación internacional”, le respondió Wang Yi, según declaraciones divulgadas por su ministerio.
En un comunicado difundido por el gobierno ruso, los dos países anunciaron que “continuarán profundizando la coordinación en política exterior” y “ampliando la acción conjunta”, pero sin anunciar medidas concretas de apoyo de China a Rusia.
“Oposición a la hegemonía”
Las potencias occidentales advirtieron a Pekín que no apoye al régimen del presidente Vladimir Putin de ninguna manera que permita a Rusia suavizar el impacto de las sanciones.
Las empresas chinas han sido cautelosas en sus intercambios comerciales con Rusia por temor a verse afectadas por las sanciones.
Lavrov tuvo entonces que conformarse con una reafirmación del carácter ilimitado de la amistad entre ambos países frente al rival común, Estados Unidos.
“La cooperación chino-rusa no tiene límites. Nuestra búsqueda de la paz es ilimitada, nuestra defensa de la seguridad es ilimitada, nuestra oposición a la hegemonía es ilimitada”, enumeró un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin, consultado sobre la visita del ministro ruso.
El gobierno chino ha rechazado condenar la intervención militar de Rusia en Ucrania lanzada el 24 de febrero.
A comienzos de marzo, Wang Yi alabó lo que llamó una amistad “sólida como una roca” con Moscú, y defendió las preocupaciones “razonables” de Rusia en materia de seguridad.
Unas semanas antes de que comenzara la guerra en Ucrania, Putin fue recibido calurosamente por su homólogo chino, Xi Jinping, en Pekín. Ambos celebraron una amistad “sin límites” y denunciaron la “expansión” de la OTAN.
Afganistán en la agenda
Lavrov llegó a Tunxi (este) para participar en una reunión de dos días de siete países vecinos de Afganistán (Rusia, China, Pakistán, Irán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán).
También está previsto que acuda la cita el jefe diplomático del régimen talibán de Kabul, Amir Khan Muttaqi, según la agencia de prensa oficial china Xinhua.
En paralelo debe celebrarse una reunión de un “mecanismo de consulta” sobre Afganistán con la participación de diplomáticos de China, Rusia, Pakistán, pero también Estados Unidos.
Según un portavoz del Departamento de Estado estadounidense, está previsto que el representante especial de Washington para Afganistán, Tom West, asista a la reunión.
Estos encuentros ocurren una semana después de una visita del ministro de Relaciones Exteriores chino a Kabul, la primera desde la toma del poder de los talibanes en agosto pasado.
China comparte con Afganistán una pequeña frontera montañosa de 76 kilómetros a gran altitud.
Pekín teme que su vecino se convierta en una base en la retaguardia para los separatistas e islamistas de la etnia uigur, mayoritaria en la vasta región fronteriza de Xinjiang (noroeste).