Los violentos altercados vividas esta semana durante el segundo aniversario de la mayor revuelta social de Chile devolvieron al país a una zona de turbulencias e incertidumbre a un mes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en las que siete candidatos buscan sustituir al conservador Sebastián Piñera.
El escenario está abierto, los indecisos van entre 16%, 20% y 50%, según tres encuestadoras, y ningún candidato tiene por ahora el capital electoral para lograr vencer por rotunda mayoría el 21 de noviembre próximo: repuntan por ahora en las encuestas, con 21%, el joven diputado de 35 años, Gabriel Boric, representante de la coalición Frente Amplio, y el abogado ultraderechista José Antonio Kast, del Partido Republicano.
La única mujer en la contienda, la democristiana Yasna Provoste, avanza sólida al tercer lugar y se desvanece quien hasta hace dos semanas era la pieza fuerte de la coalición del gobierno, el derechista Sebastián Sichel.
Cualquiera de estos cuatro nombres puede alcanzar la segunda vuelta del 19 de diciembre y aunque los sondeos llevan sonados desaciertos desde el 2019, todos coinciden en pronosticar una definición final con Boric.
“La segunda vuelta es prácticamente un hecho. La incertidumbre está en quiénes pasarán a esa segunda vuelta”, declaró, Mauricio Morales, analista político de la Universidad de Talca.
“Me parece claro que Boric va a pasar a segunda vuelta, pero yo no descarto que entre Provoste y Kast haya alguna competitividad. Habrá que ver qué pasa en los próximos debates y con el 16% de indecisos”, aseveró Javier Couso, académico de la Universidad Diego Portales (UDP).
El sorpresivo repunte en los últimos días de Kast, un exdiputado de 55 años que ha reivindicado la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), coincidió con la caída en las encuestas del Sichel, expresidente del Banco Estado y candidato del presidente Piñera, criticado tras admitir haber sacado el 10% de su fondo de pensiones durante la crisis por la pandemia del COVID-19 pese a que siempre estuvo en contra de este retiro por considerarlo “una pésima política pública”.
Miedo vs Esperanza
Desde el 24 de setiembre, cuando el norte de Chile fue escenario de ataques xenófobos contra migrantes venezolanos, algunos sondeos empezaron a mostrar que aumentaba el apoyo a Kast.
Su opción política también se ha favorecido, según analistas, por los disturbios ocurridos el lunes en todo el país -en paralelo a manifestaciones en las que se conmemoraron el segundo aniversario del estallido social en Chile, el 18 de octubre deL 2019- que dejaron dos muertos, 56 heridos y 450 detenidos.
“La violencia siempre favorecerá a la candidatura que oferta orden y restitución del Estado de derecho. En este caso, la de José Antonio Kast”, afirmó Mauricio Morales.
“A veces el miedo moviliza más que la esperanza. Por eso mismo, es muy importante tener en cuenta el contexto en que se desarrollan las elecciones, especialmente en cuanto a los hechos de violencia”, agregó.
Influencia en los votantes
En nombre del gobierno, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, atribuyó los desmanes violentos del lunes a Boric y a Provoste, por apoyar y proponer indultos a manifestantes que se encuentran presos y quienes “saquearon, destruyeron todo y lanzaron bombas molotov” durante la revuelta chilena de hace dos años, afirmó.
Boric respondió que el gobierno “trata de sacar provecho político de hechos de violencia en vez de cumplir su rol” de mantener el orden en el país, mientras que Provoste acusó a Galli de inventar “una mala excusa para salvar a sus presidenciables”.
“Las protestas del lunes pueden influir en los votantes. Lo más probable es que las encuestas de la próxima semana indicarán si esto se consolida como tendencia”, sostuvo Raúl Elgueta, doctor en ciencias políticas y académico de la Universidad de Santiago.
En redes sociales, ya se han hecho llamados para volver a las calles el próximo lunes 25 de octubre, cuando se conmemoren dos años de la protesta de mayor convocatoria en los últimos 30 años de democracia que se registró durante el estallido social.