Cuando Taylor Swift anunció su primera gira en cinco años, Jacob Landry estaba muy entusiasmado por ver a su artista favorita. Pero tras registrarse en Ticketmaster para comprar su entrada y recibir un código de preventa, se encontró con muchos problemas.
Miles de usuarios de las redes sociales reportaron experiencias similares a la de este joven de 20 años, incluida Kathryn Berry, de 19 años, quien le dijo a la AFP que está “feliz de haber conseguido entradas, pero definitivamente le guarda rencor a Ticketmaster”.
Para muchos fanáticos de la música ese rencor no es nuevo.
La industria estadounidense de venta de entradas, que domina abrumadoramente la compañía Ticketmaster, durante años ha dejado a clientes frustrados por entradas limitadas por la preventa, tarifas ocultas y reventa desenfrenada.
Los fanáticos de Swift que inundaron los sitios de venta de entradas asociados a Ticketmaster para conseguir entradas para la próxima gira de 2023 describieron un sinfín de dificultades, incluidos códigos de preventa fallidos.
Cody Rhodes dijo a la AFP que su primo recibió un código que le otorgaba acceso para comprar asientos para el concierto de mayo de Swift en Filadelfia, pero después de esperar cinco horas, lo hicieron salir de la fila. Cuando regresaron ya no quedaban boletos.
Rhodes, que está dispuesto a pagar 400 dólares por boleto, dijo que volverá a intentarlo cuando se abra la venta general el viernes.
“Realmente es mucho dinero para nosotros, pero somos grandes fanáticos”, dijo Rhodes, y agregó que ya hay boletos de reventa de 2.000 a 9.000 dólares para los asientos que esperan comprar.
“Monopolio sin control”
Ticketmaster no respondió de inmediato a una solicitud de entrevista de AFP, pero en un comunicado el martes, la compañía dijo que los fanáticos deberían “esperar”, señalando que hay una demanda de entradas “sin precedentes”. La compañía también retrasó una de las preventas un día entero.
La situación hizo que varios legisladores estadounidenses, incluidos Alexandria Ocasio-Cortez y Richard Blumenthal, instaran a que se investigue “la competencia en la industria de venta de entradas”.
En 2010, Ticketmaster y el gigante de la promoción de eventos Live Nation se fusionaron, algo que otro legislador, David Cicilline, denominó el martes como “un monopolio sin control”.
Cicilline y otros legisladores pidieron el año pasado una investigación del Departamento de Justicia sobre “los intentos de Live Nation de aumentar los precios y estrangular a la competencia”.
Los fanáticos de Swift, con gran presencia en las redes sociales, tienen capacidad de llamar la atención sobre esta situación. Pero Krista Brown, analista del American Economic Liberties Project, una oenegé que aboga por regulaciones antimonopolio, dijo que esto no tiene que ver con una artista o un concierto en particular.
“Ticketmaster y su empresa matriz, Live Nation Entertainment, tienen el monopolio de la industria que le permite abusar regularmente de su poder”, señaló Brown a la AFP.
Live Nation recientemente reportó un aumento de la demanda después de la cancelación de espectáculos por la pandemia, y dijo que las ventas de boletos aumentaron un 37% en comparación con 2019.
Pero mientras los fanáticos se han quejado de los altos costos (los precios de las entradas a los shows de Bruce Springsteen, de miles de dólares, provocaron un gran revuelo a principios de este año), Ticketmaster culpó a la reventa de boletos y dijo que los promotores y los representantes de los artistas fijan los precios.
“Como el mercado de reventa de boletos ha crecido hasta convertirse en una industria de más de 10.000 millones de dólares en los últimos años, los artistas y sus equipos” están tratando de “recuperar esos ingresos perdidos”, señaló.
Landry compró una entrada de 300 dólares para ver a Swift en Arlington, Texas, pero el precio final con las tarifas adicionales fue de 569 dólares. Para él igual vale la pena: “Literalmente la adoro”, confesó.
Rhodes, en tanto, espera ansiosamente que se inicie la venta general de entradas y, sobre todo, que se tomen medidas contra Ticketmaster. “Usar otro servicio de compra de entradas difícilmente es una opción”, lamentó.
Fuente: AFP