La sequía podría obligar a los grandes petroleros a dejar de utilizar completamente el canal de Panamá, lo que haría que los buques deban extender sus viajes en miles de kilómetros, dijo un investigador naviero.
La Autoridad del Canal de Panamá anunció la semana pasada recortes cada vez más drásticos a la cantidad de barcos a los que permitirá el paso cada día. La medida se debe a que el lago Gatún, que se encuentra sobre la vía fluvial y alimenta las esclusas que se encuentran más abajo, tiene niveles de agua históricamente bajos.
Para febrero, las franjas horarias de tránsito diario podrían reducirse a aproximadamente la mitad de la capacidad normal de la vía fluvial.
Eso hará la vida especialmente difícil para los barcos conocidos como Tramp, es decir, buques que no tienden a tener horarios fijos, sino que dependen del momento en que son cargados, dijo Poten & Partners Inc. en un nota el viernes. El canal de Panamá es un atajo entre los océanos Atlántico y Pacífico, y evitarlo significa navegar alrededor de África o al extremo sur de América.
“Los grandes petroleros ya no figurarán en este comercio”, afirmó Poten.
El hecho de que los portacontenedores tengan sus fechas de carga programadas les permitirá reservar los cupos para cruzar el canal antes que los petroleros, según el investigador.
Además, es poco probable que los petroleros consigan la opción de tránsito a través de las subastas que el Canal realiza para algunos cupos, añadió, debido a que recientemente la tarifa pagada por un gran transportista de gas licuado de petróleo fue de US$ 2.85 millones.
Este mes de octubre fue el más seco registrado en Panamá desde que se comenzaron a llevar registros en 1950.