El Banco de Desarrollo de América Latina-CAF colocó otros US$ 1,000 millones en bonos para continuar acompañando los planes de reactivación económica y social de sus 19 países miembros, informó el organismo, que destacó que es la mayor inversión en la región en los últimos cinco años.
En un comunicado, la institución indicó que la emisión tiene un vencimiento de tres años y un cupón de 1.25%, y que la misma “sobresale” en el mercado estadounidense por el “favorable nivel de precio alcanzado para la CAF, gracias al interés de los inversionistas”.
Según señaló el texto, entre los inversionistas están principalmente “administradores de fondos, instituciones públicas, fondos de pensión, bancos centrales, bancos comerciales con una distribución geográfica en Europa, Medio Oriente, África, Asia y América”
Asimismo, informó que los bancos colocadores fueron Barclays, BNP, Daiwa, J.P. Morgan.
“Hoy más que nunca, América Latina y el Caribe nos necesita y aquí estamos, atrayendo nuevos recursos a tasas favorables para seguir apoyando a los Gobiernos en sus planes de atención, mitigación de la pandemia y en la reactivación social y económica, que hemos fijado como prioridad en los primeros 100 días de gestión”, afirmó Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, según el comunicado.
En lo que va de año, ha emitido cerca de US$ 4,500 millones en diversos mercados, entre los que están el europeo, asiático y mexicano.
En este sentido, el director gerente de Barclays, Lee Cumbes, destacó que la primera emisión de CAF tamaño Benchmark en Estados Unidos este año “fue todo un éxito”.
“Al utilizar inteligentemente la diversificación de divisas con la emisión en euros a principios de año, el equipo de CAF ha creado un valor excepcional para los compradores en dólares y ha logrado superar su objetivo de tamaño con una concesión mínima”, agregó Cumbes.
Además, señaló que “la alta calidad de la demanda”, la mayor desde el 2016, confirma el apoyo continuo que la CAF recibe por parte de los inversionistas.
La institución señaló que apoya a la región “de manera ágil y oportuna” a través de “una serie de instrumentos financieros y técnicos que complementan las medidas que están aplicando los Gobiernos”.
La estrategia integral incluye “financiamientos de emergencia anticíclicos de rápido desembolso” por US$ 4,100 millones, una línea de crédito contingente regional para epidemias por US$ 300 millones para la atención directa de los sistemas de salud pública.
También contempla recursos “de cooperación técnica no reembolsable” por US$ 5 millones “para iniciativas prioritarias relacionadas con la atención a la pandemia”, una línea de crédito financiera por US$ 1,600 millones para los bancos nacionales de desarrollo.
Y además “facilidades de liquidez” para apoyar a los sistemas de salud y a las empresas de servicios públicos de los países accionistas, por un monto de US$ 1,700 millones.