Diversos barcos de granos se encontraban inmovilizados el miércoles en la zona de Rosario, el principal polo agroportuario de Argentina, debido a una huelga de 48 horas iniciada a la medianoche por trabajadores marítimos que reclaman acceso a vacunas contra el COVID-19.
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja y el tercero de maíz. Cerca del 80% de los embarques de productos agrícolas y agroindustriales del país salen al mundo desde los puertos de Rosario, a través del río Paraná.
“Podemos cargar y descargar barcos. Pero no podemos atracarlos y desatracarlos. Esa es la restricción”, dijo Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas de Argentina (CAPyM).
La medida es desarrollada por 11 gremios, entre ellos trabajadores portuarios que preparan los barcos para navegar y capitanes de remolcadores y veleros, que guían los barcos hacia y desde los puertos.
“El impacto negativo es importante, tanto en logística como en lo económico. Aunque algunos buques pueden cargar, no pueden salir, y los barcos que llegan no pueden amarrar por la medida de fuerza de los gremios marítimos”, dijo una fuente del sector agroexportador que pidió no ser identificada.
Los trabajadores, que realizaron una huelga la semana pasada, dijeron que la medida es por los contagios y muertes por COVID-19 en la industria y por “el fracaso de todas la gestiones que venimos realizando ante distintas autoridades nacionales” para tener prioridad para ser vacunados.
El Gobierno argentino comenzó con la campaña de vacunación a fin de diciembre. Hasta el momento, ha declarado como grupos de trabajo prioritarios para recibir las dosis a aquellos vinculados a la salud, la educación y la seguridad.
En Argentina se han registrado 3,59 millones de casos de COVID-19, de los que 75,056 fallecieron. El país sudamericano posee una población de cerca de 45 millones de habitantes.