El Bundesbank, el banco central de Alemania, prevé que la economía rusa sufrirá graves daños a largo plazo como consecuencia de la guerra en Ucrania, por las sanciones.
En su boletín mensual de mayo, publicado este lunes, el Bundesbank prevé que los problemas estructurales que ya tiene la economía rusa se intensificarán.
Recuerda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó en abril que el producto bruto interno (PBI) de Rusia caerá este año un 8.5% y que la caída se mantendrá el próximo año, pero a un ritmo más bajo.
El FMI prevé una recesión en Rusia que superará la sufrida tras la crisis financiera y económica global en el 2009.
El banco central de Rusia también prevé que el PIB se contraerá este año entre el 8 y el 10 %.
Desde el 2013 y hasta el 2021 el PIB real de Rusia creció de media un 0.9% anual, según el Bundesbank.
La productividad económica per cápita se redujo desde 15,900 hasta 12,200 dólares.
La pérdida de ingresos se ha producido porque durante estos años el precio del petróleo y los ingresos por las exportaciones de Rusia se han reducido notablemente.
“El Estado ruso se esfuerza desde hace varios años en reducir su dependencia de las exportaciones de energía impulsando la industria y otros sectores que no están relacionados con las materias primas”, dice el Bundesbank.
El Gobierno ruso ha aplicado una política de sustitución de las importaciones, también como reacción a las sanciones económicas occidentales tras la anexión del Crimea en el 2014.
Pero esta estrategia apenas ha tenido éxito porque Rusia no ha podido lograr una producción nacional de alta tecnología que alcance los estándares de calidad occidentales.
“Rusia se dirige a perder a la larga una parte importante de su bienestar”, consideran los economistas del Bundesbank.
También auguran problemas para la industria y el sector de servicios rusos porque las nuevas prohibiciones a las exportaciones de Rusia de los países occidentales y las limitaciones a los suministros de muchas empresas afectarán a la industria rusa.
Las empresas exportadoras rusas deben buscar nuevos mercados de ventas y nuevas posibilidades logísticas porque debido al aislamiento de los países occidentales, pueden perder mucha eficiencia y sufrir un retroceso tecnológico.
El 40 % de las empresas rusas dijo que tienen problemas para encontrar suministradores alternativos, según una encuesta del banco central ruso.
Antes de la guerra Rusia ya había perdido personal cualificado, pero esta tendencia se ha intensificado tras el inicio del ataque militar a Ucrania.
Del estallido del conflicto bélico el 24 de febrero, unos 10,000 especialistas en tecnología de la información han dado la espalda a Rusia.