Brasil podría subastar el próximo año un controvertido proyecto para la construcción de un tren de transporte de cereales que atravesaría una franja de la selva amazónica, después de que se resuelvan obstáculos legales, según un alto funcionario del Gobierno.
Un gran grupo empresarial ya tiene planes de inversión para el ferrocarril que conectaría la región productora de soja de Brasil con puertos en el norte del país para enviar los cereales a Asia, dijo el ministro de Infraestructura, Tarcísio Gomes de Freitas.
El proyecto que abarca casi 1,000 kilómetros fue suspendido por un juez de la corte suprema por temor a una deforestación.
“El tema judicial es sencillo de resolver”, dijo Freitas en una entrevista en Madrid. La venta de la licencia ferroviaria de 25,200 millones de reales (US$ 4,600 millones) “podría llegar el próximo año, pero lo más importante es que se realizará porque es una necesidad para Brasil”, señaló.
El ferrocarril, cuyo nombre en portugués es Ferrogrão, es un foco de tensión entre activistas globales y la Administración del presidente Jair Bolsonaro. Los ambientalistas advierten que el proyecto generará más destrucción a la Amazonía al fomentar el desarrollo de la tierra y poner en peligro a las comunidades indígenas cercanas.
El Gobierno señala que impulsará uno de los principales sectores de exportación agrícola del mundo y que el impacto ambiental será limitado.
El ferrocarril se construirá a 40 metros de una carretera existente, minimizando así el daño ambiental, dijo Freitas, y agregó que el tren reemplazará a camiones cargados de cereales que emiten un millón de toneladas de dióxido de carbono cada año. También dijo que el proyecto no invadiría territorios indígenas.
Las acusaciones de devastación ambiental se desprenden de una guerra comercial internacional que apunta a perjudicar al sector agrícola en Brasil, uno de los mayores productores mundiales de cereales y carne, indicó. Desbaratar el proyecto ferroviario haría al país menos competitivo frente a otros importantes productores de materias primas blandas.
“Cuando Ferrogrão comience a operar, los costos para los productores bajarán en un 40% y eso asusta a mucha gente”, dijo Freitas. “Entonces, para destruir el proyecto Ferrogrão, mantienen el enfoque en el medio ambiente”.