Brasil espera que la demanda de inversionistas globales por deuda verde ayude a recaudar fondos para algunos de sus proyectos de infraestructura más grandes, incluido un ferrocarril de varios millones de dólares que atraviesa una parte de la selva amazónica.
La economía más grande de América Latina quiere conseguir un “sello verde”, o certificación, para el ferrocarril de US$ 3,100 millones Ferrogrão y para otros proyectos en su programa de concesiones de infraestructura de US$ 46,900 millones, dijo el ministro de Infraestructura, Tarcísio de Freitas, en una entrevista realizada el martes en Londres.
Se espera que los derechos para operar Ferrogrão se subasten en el primer semestre del próximo año. El gobierno está trabajando con la Iniciativa de Bonos Climáticos (CBI, por sus siglas en inglés) para obtener certificaciones que permitan a las empresas privadas interesadas en comprar las concesiones financiar sus inversiones a través de la venta de deuda verde.
Para el proyecto ferroviario, las certificaciones ecológicas provendrían de una posible reducción en el número de camiones que transportan granos a través de la región, reduciendo las emisiones de carbono y el desarrollo de la tierra, señaló el ministro.
La demanda global de deuda sostenible, como los bonos verdes, ha aumentado este año, para alcanzar US$ 346,000 millones en ventas, según BloombergNEF. En Europa, seis prestatarios, incluido el operador danés de parques eólicos Orsted y la empresa española de recolección de residuos FCC Medio Ambiente SA, estuvieron en el mercado el miércoles recaudando deuda verde.
Pero es posible que la iniciativa del Gobierno de Brasil enfrente el escepticismo de algunos inversionistas después de que se informara que la deforestación de la Amazonía registró el mayor aumento en más de una década y por la preocupación de que la presidencia de Jair Bolsonaro no está protegiendo la selva tropical.
Como consecuencia, inversionistas como Nordea Asset Management suspendieron en agosto las compras de bonos del Gobierno brasileño.
El mes pasado, el gobierno prometió acelerar la emisión de bonos verdes locales, y previamente se comprometió a utilizar los valores para financiar exportaciones agrícolas.