La ley que establece la paridad salarial para hombres y mujeres que ejercen las mismas funciones en Brasil, sancionada este lunes, es solo “un primer paso” hacia el respeto y la igualdad, dijo a EFE la ministra de las Mujeres, Cida Gonçalves.
“Trae una nueva perspectiva para Brasil”, señaló la ministra en relación a la ley sancionada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien inició su mandato el 1 de enero pasado con un marcado compromiso con la igualdad de género frente al machismo y la violencia doméstica.
Algunos sectores económicos han deslizado veladas críticas a esa nueva ley, sobre la base de que pudiera aumentar los costos de las empresas o causar desempleo entre las mujeres, situaciones que la ministra descarta por completo, incluso esgrimiendo datos de las Naciones Unidas.
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“La ONU dice que la igualdad salarial contribuye a aumentar el producto bruto interno (PBI) de los países y, si eso ocurre, aumentan también las ganancias de las empresas” y se beneficia la sociedad como un todo, explicó.
Las mujeres representan el 51.1% de la población brasileña y, de acuerdo con datos oficiales, ganan en torno a un 22% menos que los hombres. Además, ocupan apenas el 37% de los cargos directivos en las empresas.
Gonçalves consideró que la nueva legislación es una primera medida “muy importante” hacia una mayor paridad de género en el mercado laboral, pero subrayó que es sólo un paso.
Promover el debate sobre igualdad y derrotar la misoginia
“En necesario ahora discutir la cuestión de la igualdad”, que “no es solo una legislación”, y promover iniciativas para que “las mujeres tengan oportunidad de ascender profesionalmente en sus carreras”, lo cual debe implicar un debate con toda la sociedad, aseguró.
Gonçalves citó la necesidad de “discutir” algunos marcados trazos culturales de la sociedad brasileña y también “la división sexual del trabajo en la casa”, que identificó como un “limitador” para un mayor desarrollo de la mujer en el mercado laboral.
“Muchas veces se le ofrece una promoción a una mujer”, pero no puede aceptarla por “la carga horaria” que le imponen tareas caseras que en la sociedad se reservan para ellas, como “buscar a los niños en la escuela o cuidar a una persona enferma”, explicó.
Ese debate, según Gonçalves, debe tener como objetivo promover “un cambio de comportamiento en las empresas” y la propia sociedad, en la cual es necesario profundizar el combate a la misoginia, que en los últimos años fue “establecida y autorizada” en Brasil.
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Aludió así a la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien gobernó entre 2019 y 2022 con un discurso abiertamente machista que acabó teniendo reflejos en toda la sociedad.
Según la ministra Gonçalves, ese discurso, el “odio en las redes sociales, que fue autorizado durante los últimos años”, así como las políticas del Gobierno anterior que facilitaron el acceso a armas para la sociedad civil, han contribuido al aumento de los feminicidios en el país.
De acuerdo a datos oficiales, los asesinatos de mujeres por cuestiones de género en 2022 aumentaron un 5% en relación al año anterior y sumaron un total de 1,400, lo cual representa casi cuatro por día.
La facilitación de compra y “la autorización para tener armas en las casas también tuvo consecuencias sobre las mujeres”, dijo la ministra, quien señaló que la mayoría de quienes adquieren esos armamentos son hombres.
“Y saben para qué quieren esas armas”, porque “nadie compra armas para pacificar un país, para distribuir amor, paz y humanidad”, sino que lo hace “porque tiene intenciones de matar”, sentenció.
Fuente: EFE
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