El Banco Mundial (BM) consideró este jueves que los responsables de políticas deberían implementar medidas que generen inversión, que ayudarían también a bajar los precios, en vez de apostarlo todo a que los bancos centrales suban los tipos de interés para controlar la inflación.
“Para lograr bajas tasas de inflación, estabilidad de la moneda y un crecimiento más rápido, los responsables de políticas podrían cambiar su enfoque de reducir el consumo a impulsar la producción”, apuntó en un comunicado el presidente del BM, David Malpass.
Deben así implementar políticas “que generen inversiones adicionales” y mejoren la productividad y la asignación de capital, “que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza”, añadió.
El BM presentó este jueves el informe “¿Es la recesión global algo inminente?” en el que se plantean tres escenarios futuros posibles y en el que se alerta de que, si los bancos centrales continúan con su subida simultánea de tipos de interés y esto no se contrarresta con otro tipo de medidas, el resultado será una recesión global para el año que viene.
Como recuerda la organización multinacional, los bancos centrales de todo el mundo han estado elevando las tasas de interés este año, una tendencia que probablemente continúe hasta bien entrado el próximo año.
La Reserva Federal estadounidense ha subido en los últimos meses cuatro veces los tipos (hasta una horquilla que va entre el 2,25 % y el 2,5 %) y el Banco Central Europeo los ha incrementado dos veces, hasta el 1,25 %.
En una charla con periodistas, el economista jefe del BM, Indermit Gill, explicó que aunque las preocupaciones y estudios del Banco Mundial “siempre tienden a enfocarse en los países en desarrollo”, en la actualidad la preocupación es global porque “la alta inflación en las economías avanzadas tiene efectos para esos países”.
“Estamos preocupados por la alta inflación en casi todos los países, especialmente en las economías avanzadas”, señaló, ya que el posible escenario de recesión global afectaría sobre todo a los países de ingresos medios, pues muchos de ellos pasarían de nuevo a engrosar la lista de las naciones de bajos ingresos.
Según calcula el BM en el informe, para reducir la inflación global a un porcentaje consistente con sus objetivos es posible que los bancos centrales deban aumentar las tasas de interés en 2 puntos porcentuales adicionales.
Esto traería como consecuencia probable un “estrés en los mercados financieros” y el crecimiento del PIB global se desaceleraría al 0,5 % en 2023, llegando al temido escenario de la recesión global.
Por ello, según señala el BM en el informe, es necesario llevar a cabo una serie de medidas que ayuden a que la economía global escape de esta situación.
“Los responsables de políticas deben utilizar el menú completo de opciones disponibles para adelantarse a la inflación y reducir la probabilidad de una caída más pronunciada del crecimiento”, señala el informe.
Por ejemplo, la política fiscal de los Gobiernos debe proporcionar un alivio específico para proteger los hogares vulnerables y alejarse de “medidas que distorsionen”, como son los subsidios y los controles de precios.
Por su parte, los bancos centrales deben hacer una apuesta clara por la transparencia y “comunicar sus decisiones de política claramente, dentro de marcos de política monetaria creíbles, salvaguardando al mismo tiempo su independencia”.