La situación de la deuda de los países pobres podría empeorar por la volatilidad de los precios de las materias primas y el alza de las tasas de interés, señaló el presidente del Banco Mundial, David Malpass, quien instó a una consolidación fiscal gradual que mantenga la confianza de los inversores.
A mediados del 2021, más de la mitad de los países más pobres del mundo “se encuentran en dificultades de deuda externa, o corren el riesgo de estarlo”, sostuvo en un discurso en Jartum, la capital de Sudán, antes de las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a mediados de octubre.
“Cuando la iniciativa de suspensión del servicio de la deuda o DSSI expire a finales de este año, los países de renta baja que reanuden los pagos del servicio de la deuda verán cómo se reduce su espacio fiscal”, indicó Malpass, lo que limitará su capacidad para comprar vacunas y financiar otras prioridades.
Malpass repitió su llamamiento a una cooperación acelerada para poner en marcha un marco de reestructuración de la deuda de los países pobres en el G20, incluido el sector privado.
“Es hora de llevar a cabo una consolidación fiscal gradual y orientada a las personas, y de reestructurar la deuda insostenible”, manifestó.
Al mismo tiempo, los países deberían tratar de reprogramar los pagos de su deuda mientras las tasas de interés internacionales se mantienen bajas, al tiempo que eliminan el gasto superfluo.