América Latina y el Caribe se encaminan a recuperar las pérdidas de ingresos y de empleo de la pandemia, pero persiste la incertidumbre debido a la inflación y la guerra en Ucrania, señala un informe del Banco Mundial (BM).
Tras un rebote de 6.9% en el 2021, se espera que el Producto Bruto Interno (PBI) de la región crezca 2.3% este año y 2.2% en el 2023.
“La consolidación de la recuperación no garantiza tasas de crecimiento satisfactorias”, sino que se volverá a las tasas “inadecuadas” de antes de la pandemia, afirma el texto.
Y es que estas cifras proyectan uno de los crecimientos más bajos entre las diferentes regiones del mundo, en un momento en el que la región enfrenta incertidumbres como una posible aparición de nuevas variantes del COVID-19, un aumento de la presión inflacionaria y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, que amenaza la recuperación mundial, advierte el BM.
Inflación y guerra
La inflación oscila en torno a 7%, tensa los presupuestos familiares y eleva la pobreza, que subió a 27.5% en el 2021 y sigue por encima de su nivel prepandémico de 25.6% en el subcontinente.
Las subidas en el precio del gas y petróleo, metales y granos a raíz de la guerra en Ucrania podrían tener un impacto positivo en economías que tradicionalmente exportan estos productos. Pero en el caso de los importadores netos, como el Caribe, una subida en el precio de los alimentos agravará la pobreza.
Algunos países como Brasil importan parte de sus fertilizantes de Rusia y esto afectará a las cosechas, con impacto en los precios de los alimentos. Otros, como Ecuador, exportan a Rusia y también acusan el golpe.
El BM no prevé que la guerra en Ucrania repercuta en la capacidad de pago de la región.
“Nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre, que podría impactar en la recuperación post pandemia lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad”, estima Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe, citado en el comunicado que acompaña el informe.
Además, aunque las empresas vuelven a contratar y los colegios reabren, la crisis ha dejado secuelas a largo plazo en la región, donde las pérdidas de aprendizaje podrían resultar en una reducción del 10% en los ingresos futuros de millones de jóvenes hoy en edad escolar. Y los costos sociales “han sido brutales y distribuidos de manera desigual”.
Agenda verde
El BM recomienda reformas estructurales “largamente postergadas” en infraestructura, educación e innovación, financiando las inversiones más importantes a través de un gasto más eficiente y mayores ingresos fiscales.
Deberán llevarse a cabo tomando en consideración el cambio climático. En los últimos 20 años, los países de América Latina y el Caribe perdieron el equivalente a 1.7% de su PBI anual a causa de las catástrofes relacionados con el clima, y unos 5.8 millones de personas podrían caer en la extrema pobreza en la región para el 2030 por esta causa.
La región produce alrededor del 8% de los gases de efecto invernadero globales, pero sufrirá de lleno las consecuencias del calentamiento global, con un probable impacto en la agricultura, al reducirse los rendimientos de los cultivos.
América Latina y el Caribe disfrutan no obstante de algunas ventajas, dijo William Maloney, economista en jefe del BM para la zona, quien cita más de 50% de energías renovables (en su mayoría hidroeléctrica), el 58% de las reservas mundiales de litio y más del 40% de las de cobre (utilizadas en tecnologías verdes) y un gran capital natural, con el 50% de la biodiversidad global.
La región “está extremadamente bien posicionada para aprovechar este nuevo Orden Mundial Limpio que está emergiendo”, insistió este jueves en rueda de prensa.
¿Cómo se pueden aprovechar estas reservas? Los bosques pueden usarse como sumideros de carbono y como base para las exportaciones de servicios ambientales en forma de captura de carbono.
En cualquier caso, insiste Maloney, “tanto el crecimiento como las agendas verdes están vinculados a la adopción de tecnología y requieren reformas”.