El Banco de Inglaterra (BoE) hizo una pausa el jueves en su larga serie de subidas de los tipos de interés ante la ralentización de la economía británica, pero dijo que no daba por garantizada la reciente caída de la inflación.
Un día después de una inesperada ralentización del rápido ritmo de crecimiento de los precios en Reino Unido, el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra votó —con un estrecho margen del 5-4— a favor de mantener el tipo de interés bancario en el 5.25%.
Cuatro miembros —Jon Cunliffe, Megan Greene, Jonathan Haskel y Catherine Mann— votaron a favor de subir los tipos al 5.5%.
Fue la primera vez desde diciembre de 2021 que el BoE no aumentó los costes de endeudamiento.
“Hay señales crecientes de cierto impacto de la política monetaria más restrictiva en el mercado laboral y en el impulso de la economía real en general”, dijo el comité en un comunicado.
El comité recortó su previsión de crecimiento económico para el periodo julio-septiembre desde el 0.4% previsto en agosto hasta solo el 0,1% y señaló claras señales de debilidad en el mercado inmobiliario.
Según el Banco de Inglaterra, es probable que el crecimiento para el resto del año sea inferior a las previsiones anteriores.
El crecimiento récord de los salarios de los trabajadores, que ha sido una gran preocupación para el banco central, no se vio secundado por otras medidas del mercado laboral, señaló, lo que sugiere que los dirigentes del BoE prevén que se ralentice pronto.
“Se espera que la inflación del IPC siga cayendo significativamente a corto plazo, reflejando una menor inflación anual de la energía, a pesar de la renovada presión al alza de los precios del petróleo”, dijo el BoE.
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Sin embargo, el banco señaló que se prevé que la inflación del sector servicios siga siendo elevada.
La decisión del Banco de Inglaterra de interrumpir las subidas de tipos se produjo un día después de que la Reserva Federal de Estados Unidos optara también por mantener los costes de endeudamiento. La semana pasada, el Banco Central Europeo subió los tipos, pero sugirió que podría ser la última subida por ahora.
El Comité de Política Monetaria reiteró su mensaje de que estaba preparado para volver a subir los costes de endeudamiento si fuera necesario.
“Sería necesario un mayor endurecimiento de la política monetaria si hubiera indicios de presiones inflacionistas más persistentes”, señaló el comunicado, en el que se repetía la indicación de que la política monetaria sería “suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente” para que la inflación volviera a su objetivo del 2%, frente al 6.7% registrado en agosto.
El gobernador, Andrew Bailey, y otros miembros del Comité de Política Monetaria han sugerido recientemente que el Banco de Inglaterra está a punto de poner fin a su serie de subidas de los tipos de interés, pero también han destacado que es probable que los costes de los préstamos sigan siendo elevados para garantizar que las presiones inflacionistas se eliminen de la economía.
En una declaración separada el jueves, Bailey acogió con satisfacción la reciente caída de la inflación y las previsiones del BoE de que seguiría disminuyendo. “Pero no hay lugar para la complacencia”, dijo. “Tenemos que asegurarnos de que la inflación vuelve a la normalidad y seguiremos tomando las decisiones necesarias para lograrlo”.
El Comité de Política Monetaria acordó acelerar el ritmo de su programa para reducir la enorme acumulación de bonos del Estado que el banco central adquirió durante la última década y media, mientras trataba de pilotar la economía a través de la crisis financiera mundial y la pandemia del coronavirus.
Tal y como esperaban los inversores, la cartera se reducirá en 100,000 millones de libras en los próximos 12 meses —mediante una combinación de ventas y el vencimiento de los bonos— hasta un total de 658,000 millones de libras, dijo el Banco de Inglaterra, más rápido que la reducción de 80,000 millones de libras del año pasado.
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