Desde el viernes todos los canales de la televisión chilena transmitirán en forma simultánea avisos publicitarios acerca del referendo que se realizará el 4 de setiembre sobre el texto propuesto para cambiar la constitución.
Más de 15 millones de chilenos y extranjeros residentes están habilitados para votar si aprueban el texto escrito por 154 convencionales constituyentes o si lo rechazan y dejan en vigor la carta magna de 1980 puesta en marcha por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Los avisos televisivos apelan a la emotividad para tratar de convencer a los indecisos en la primera elección en muchos años en la que el voto será obligatorio en un país de baja participación electoral, dijo Rodrigo Espinoza, doctor en Ciencia Política y analista de la Universidad Diego Portales.
Tradicionalmente la publicidad televisiva ha tenido un impacto a la hora de inclinar la balanza hacia uno u otro lado en los procesos electorales chilenos importantes, como la mítica campaña que consiguió que se impusiera el “No” en el plebiscito de 1988 que marcó el fin de la dictadura de Pinochet.
Aunque en los últimos años la influencia de la televisión ha declinado, la oferta de más canales puede ser un factor especialmente entre “el público de 40 (años) hacia arriba”, señaló Espinoza. “Las generaciones jóvenes son más digitales” y ahí el efecto sería menor, añadió.
La campaña ha estado marcada por la polarización de la sociedad chilena, la polémica por la postura del gobierno -al que se le ha exigido que no publicite su inclinación- y la distribución de noticias e incluso textos constitucionales falsos.
Es imperativo estar informado en un tema tan “importante como votar para cambiar la constitución, informarse por uno mismo, no caer en fake news (noticias falsas)”, declaró Sebastián Caro, un estudiante de 19 años que acudió a la Universidad de Santiago para recibir uno de los 400 ejemplares del nuevo texto constitucional que entregó de forma gratuita.
Por estos días es habitual ver en Chile actos de entrega del texto, personas leyéndolo o lecturas en voz alta en plazas, locales de comida u otros lugares con el objetivo de que se conozcan más los contenidos y se llegue a un voto informado.
Caro celebró la iniciativa de la universidad porque, afirmó, no todos tienen los recursos para conseguir el texto, que se ha convertido en el más vendido en las librerías y los puestos ambulantes. “Uno los consigue en otros lados, pero se supo que algunos eran falsos y por eso es bueno que lo entreguen” en la universidad, agregó.
Coincidentes encuestas dan como favorito al “Rechazo”, aunque en las últimas semanas la distancia entre ambas opciones se ha reducido.
El presidente Gabriel Boric anunció que si se rechaza el texto se iniciaría un nuevo proceso constituyente.