La sede del Senado y la Cámara de Diputados en Santiago de Chile. (Foto: F_Fuentes/Flickr)
La sede del Senado y la Cámara de Diputados en Santiago de Chile. (Foto: F_Fuentes/Flickr)

La asamblea que redacta una nueva Constitución en Chile aprobó eliminar el actual Senado que tiene 200 años de historia y reemplazarlo por una “Cámara de las Regiones”, tras una maratónica sesión que terminó el miércoles por la noche.

Si bien el artículo que creaba el nuevo cuerpo legislativo alcanzó la mayoría necesaria de dos tercios para ser incluido en el borrador de la nueva carta magna, fracasó el que definía sus poderes, que buscaba describirlo como un órgano sin las facultades legislativas clave que tiene el actual Senado.

Eliminar o reformar la Cámara Alta ha sido una de las batallas centrales de los representantes de la izquierda en la asamblea, que consideran que el Senado estanca o detiene el progreso y las leyes. Al contrario, quienes se oponen a esta medida señalan que se daría demasiado poder a la Cámara de Diputados y centralizaría la toma de decisiones.

La Cámara de las Regiones intervendrá en un número muy pequeño de materias; las regiones no tendrán voz cuando se hable de salud, de pensiones, de transporte o de educación”, planteó Hernán Larraín, uno de los asambleístas de derecha.

Ese artículo y varios otros ahora volverán a la comisión sobre sistema político para más debates antes de una nueva votación en el pleno de la asamblea.

Sin lugar a duda nos preocupan unos artículos que cayeron”, dijo a periodistas Ricardo Montero, constituyente y coordinador de la comisión política, durante la votación, agregando que la comisión buscará reelaborar el acuerdo para obtener más apoyo.

La eliminación del Senado ya dividió a la comisión anteriormente en las negociaciones y condujo a una serie de propuestas contradictorias que fueron rechazadas en gran medida por el pleno el mes pasado.

El nuevo acuerdo, con un Senado reformado y debilitado, se produjo después de que las encuestas mostraran que el apoyo a la nueva Constitución vacilaba y que algunos electores dijeran que las luchas internas y las propuestas extremas les estaban haciendo perder la fe en el proceso.

La asamblea tiene poco tiempo para aprobar los artículos que faltan y terminar el borrador, ya que a partir del 17 de mayo debe empezar a trabajar una comisión encargada de armonizar el documento. La nueva carta magna será sometida a un plebiscito de participación obligatoria el 4 de setiembre.

“Esto es un tema muy complejo, muy técnico”, dijo a periodistas Rosa Catrileo, constituyente y coordinadora de la comisión, después de la votación. “Es un desafío, tenemos poco tiempo, pero todavía lo tenemos”.

La próxima semana, la asamblea constituyente votará artículos que podrían redefinir los derechos de agua y reformar los derechos mineros, un tema sensible en el mayor productor mundial de cobre.