La crisis inflacionaria en Argentina ha puesto a la nación en vías de superar a Venezuela como el país con el aumento de precios más rápido de América Latina.
Mientras el presidente Javier Milei prepara a los argentinos para duras medidas de austeridad que buscan corregir años de políticas populistas insostenibles, los precios se disparan tras la devaluación del 54% del peso implementada por su Gobierno. Aunque las estimaciones varían, casi todos los economistas en Buenos Aires esperan que la inflación anual supere el 200% en diciembre. Las cifras oficiales se publicarán el jueves por la tarde.
En Venezuela, sin embargo, la inflación se redujo al 193% el mes pasado, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, con sede en Caracas. La consultora Ecoanalitica prevé aumentos de precios más cercanos al 170%.
Si Argentina no superó a Venezuela en 2023, definitivamente lo hará este año, según Fausto Spotorno, director de investigación económica de la consultora Orlando J. Ferreres y Asociados, con sede en Buenos Aires. “Lo que esperamos es un primer semestre de mucha inflación, posiblemente llegue a 500% en términos anuales”.
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En su primer mes en el cargo, Milei presentó un amplio paquete de reformas económicas al Congreso. Estas reformas le permitirán recortar drásticamente el gasto en Argentina y desregular la economía suprimiendo los subsidios a los servicios públicos y el transporte, lo que implica que se avecinan nuevos impactos inflacionarios. Aunque hasta ahora los mercados han acogido favorablemente las nuevas políticas, Spotorno afirma que es probable que los argentinos sufran aumentos anuales de precios de tres dígitos durante al menos un año.
Venezuela, que a principios de 2022 rompió una de las rachas de hiperinflación más largas de la historia, luchó por controlar los precios mientras la corrupción generalizada y las duras sanciones de Estados Unidos restringían las exportaciones de petróleo, reduciendo la oferta de divisas. Esto llevó al Gobierno de Nicolás Maduro a imprimir más bolívares, alimentando con ello la inflación.
Pero ahora el Gobierno de Biden flexibilizó las restricciones a la industria petrolera, mejorando las finanzas de Venezuela. Y el banco central ha logrado estabilizar la moneda vendiendo miles de millones de dólares en el mercado oficial de divisas, lo que ha reducido la presión sobre los precios.
“Las licencias [estadounidenses] han mejorado la posición de la balanza de pagos y eso ha permitido utilizar de manera más efectiva el tipo de cambio fijo como ancla de la inflación”, afirma Ángel Alvarado, profesor de la Universidad de Pensilvania y fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas. “Esto genera nuevos problemas, pero la estrategia ha mostrado, al menos en los últimos dos meses, un futuro mejor”.
Este año podrían volver los problemas de inflación mientras el Gobierno venezolano se prepara para un año electoral crucial. Un mayor alivio de las sanciones depende del compromiso de Maduro para garantizar un campo de juego electoral más parejo.
“Vemos la inflación desacelerándose si los precios del petróleo no caen y si no hay retrocesos en la flexibilización de sanciones” en 2024, dijo la economista Tamara Herrera, directora de la firma de análisis financiero Síntesis Financiera, con sede en Caracas. Herrera estima que los precios se desacelerarán hasta el 145% en 2024.
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