Los bancos y fondos en Argentina están aconsejando a sus clientes que reduzcan los bonos a corto plazo con pagos de intereses atados a la inflación, ya que señales precoces alimentan el optimismo del mercado sobre la promesa del presidente Javier Milei de poner fin a los aumentos desenfrenados de los precios.
Los pronósticos de recesión y la disminución de la cantidad de dinero en circulación, así como la reducción de la brecha entre los tipos de cambio de Argentina y el enfriamiento de las expectativas de inflación, están llevando a los inversores a desprenderse de los bonos atados a la inflación que hasta hace poco se convirtieron en una inversión popular para proteger las carteras en pesos de las alzas de precios de tres dígitos.
“La caída de la inflación es mucho más rápida de lo que esperábamos y esto obliga a un rebalanceo de cartera”, dijo Mariano Calviello, head portfolio manager de Fima, la rama de inversiones de Banco Galicia, y que es el principal tenedor de bonos ligados a la inflación, según datos recopilados por Bloomberg. “Los bonos atados a la inflación tienen que ajustarse a esta nueva realidad”.
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Argentina lleva dos meses registrando una inflación inferior a la esperada, aunque sigue en niveles de crisis. En los primeros dos meses de gobierno de Milei, los precios acumularon un aumento del 51.3%, por debajo del 57.3% previsto en una encuesta de Bloomberg. El nuevo presidente anticipa que los datos podrían volver a sorprender en febrero, con un aumento en torno al 15% mensual, frente a las expectativas del mercado del 18%.
“El extremo corto de la curva atada a la inflación ha perdido atractivo”, dijo Juan Carlos Barboza, economista jefe de Banco Mariva, con sede en Buenos Aires, en una nota a clientes, refiriéndose al coeficiente de los bonos ajustados a la inflación. “Los datos de inflación han sido sorprendentemente a la baja y los precios de los bonos siguen manteniéndose fuertes”.
Además de Galicia y Mariva, AdCap Securities y el corredor local Neix también han dicho a sus clientes en Argentina que vendan o tomen ganancias en los bonos atados al IPC.
Sin duda, el plan económico de Milei enfrenta grandes desafíos en materia de inflación y la historia ha demostrado en repetidas ocasiones que las primeras esperanzas de los inversores en Argentina se ven frustradas más tarde por el país propenso a la crisis.
Por ejemplo, el optimismo del mercado se desplomó en 2019 después de que el expresidente Mauricio Macri perdió las elecciones primarias, poniendo fin a su agenda promercado luego de que la tasa de inflación de Argentina se duplicara en sus últimos dos años de gobierno. Una serie de factores —sindicatos, facturas de servicios públicos, costos de transporte, educación— podría volver a impulsar la inflación al alza en los próximos meses.
No todos los inversores están cambiando de estrategia. Los brokers Balanz Capital y TPCG Valores también estiman que la inflación se enfriará, pero no están aconsejando a sus clientes no apostar en bonos atados a la inflación porque las tasas fijas a corto plazo y los bonos ligados al tipo de cambio aún ofrecen peores rentabilidades.
Hasta hace poco, los inversores se sentían cómodos posicionándose en bonos vinculados a la inflación, con aumentos anuales de precios superiores al 250%. La demanda de esta cobertura era tan alta que los títulos ofrecían una tasa de interés real negativa. Pero los economistas encuestados el mes pasado por el banco central de Argentina prevén que la inflación mensual se enfríe gradualmente desde el 21% el mes pasado al 8% en junio.
“Recomendamos tomar algunas ganancias en bonos atados al IPC y dolarizar parte del portafolio con bonos más conservadores”, como bonos duales, dijo Javier Casabal, estratega de AdCap, otro importante inversor en valores vinculados a la inflación. “Hay una avalancha de noticias que muestran una enorme convicción de que todo va en la misma dirección de bajar la inflación, sea como sea”.
Los datos de inflación de alta frecuencia muestran un enfriamiento de las alzas mensuales de precios, mientras que el tipo de cambio paralelo del peso se fortaleció alrededor del 11% en los últimos 30 días, hasta 1,100 por dólar, lo que disminuye la necesidad de otro movimiento brusco. El gasto de los consumidores se desplomó en diciembre después de que Milei devaluara el tipo de cambio oficial del peso un 54% de la noche a la mañana y levantara años de controles de precios, consolidando las proyecciones de recesión para 2024.
“Recesión, ajuste de precios relativos y déficit cero es lo que se necesita para que baje la inflación en Argentina. Milei está jugando justo en esa dirección”, dijo Alberto Bernal, estratega jefe de XP Investments en Miami.
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