América Latina se está convirtiendo nuevamente en un destino para los préstamos chinos, luego de que la pandemia de covid-19 provocara una suspensión de dichos acuerdos en una región que ha recibido cerca de US$ 136,000 millones en deuda de bancos estatales del gigante asiático.
Brasil, Barbados y Guyana recibieron el año pasado un total de US$ 813 millones del Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportaciones e Importaciones de China, según un informe publicado el viernes por el centro de estudios con sede en Estados Unidos Diálogo Interamericano y la Universidad de Boston.
Si bien están muy por debajo de los totales que prestaban hace una década, los nuevos acuerdos –centrados en proyectos sociales y de infraestructura– son una señal de que los bancos están volviendo a participar en la región.
China se está centrando más en un enfoque geopolítico de cómo emite deuda, dijo Margaret Myers, directora de Diálogo Interamericano y miembro del Centro Woodrow Wilson, quien escribió el informe con Rebecca Ray, investigadora del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston.
“Ha habido una reevaluación tanto por parte del Gobierno chino como dentro de los propios bancos sobre cómo hacer negocios”, dijo Myers.
El enfoque es un drástico cambio con respecto a la era anterior. En 2010, solo el Banco de Desarrollo de China emitió más de US$ 35,000 millones en préstamos a la región. Muchos de los acuerdos de los bancos –incluida una parte de los US$ 60,000 millones que envió a Venezuela– terminaron en extensas reestructuraciones.
Los prestamistas aún están en conversaciones sobre las deudas acumuladas por Ecuador, Argentina y Surinam, y podrían enfrentar nuevas negociaciones con Costa Rica y Guyana, según el informe.
Los préstamos a la región se suspendieron completamente en 2020 durante la pandemia de covid-19. Entregaron un préstamo en 2021 a Trinidad y Tobago para comprar vacunas y equipo médico. El año pasado, los bancos concedieron créditos al Banco do Brasil SA, y a los gobiernos de Barbados y Guyana.
Las naciones de América Latina y el Caribe están lidiando con un equilibrio cada vez más complicado entre medir los intereses geopolíticos y económicos de China, sus propias necesidades y las reacciones de Estados Unidos, señaló Myers. Al mismo tiempo, los gobiernos de la región están sopesando las grandes obligaciones de deuda frente a la necesidad de más capital para estimular el crecimiento en un momento en que la economía mundial parece estar en terreno inestable.
“Para algunas de las economías más endeudadas de la región, incluso los préstamos chinos de bajo interés podrían ser problemáticos”, se lee en el informe.
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