Alemania planea suspender casi todas las importaciones de petróleo ruso este año y dejar de consumir gas del país a mediados de 2024, un plan enormemente ambicioso que plantea complejos obstáculos logísticos para la mayor economía de Europa.
El ministro de Economía y Clima alemán, Robert Habeck, dio a conocer el plan el viernes y volvió a dejar en claro que su país no respaldará un embargo inmediato de la energía rusa, ya que el costo para las empresas y los hogares sería demasiado alto. Al mismo tiempo, el canciller Olaf Scholz ha prometido independizarse de la energía rusa “lo antes posible”.
Alemania, que cuenta con limitados recursos naturales propios, ha llegado a depender de Rusia para cubrir más de la mitad de sus necesidades de gas, casi la mitad de su carbón y cerca de un tercio del petróleo, y la invasión a Ucrania ha sido un colosal golpe de realidad para las autoridades en Berlín.
“En las últimas semanas, hemos realizado intensos esfuerzos junto con todos los actores relevantes para importar menos combustibles fósiles de Rusia y ampliar el suministro”, dijo Habeck. “Se han alcanzado los primeros hitos importantes para liberarnos del dominio de las importaciones rusas”.
Alemania quiere reducir a la mitad las importaciones de petróleo ruso para mediados de año y ser “casi independiente” para fines de 2022, dijo Habeck. Podría liberarse completamente de las importaciones de carbón para el otoño, agregó.
El Gobierno reconoció que será difícil eliminar rápidamente el petróleo ruso de las cadenas de suministro, y se está apresurando a elaborar complejos planes para programar las entregas por mar, camión y tren.
La mayor parte del desafío se encuentra en el este de Alemania, donde la logística de la industria de refinación está preparada para convertir el crudo de Rusia en combustibles para los consumidores.
Reducir la dependencia de Alemania del gas ruso también es un desafío importante, en parte debido a la falta de la infraestructura necesaria, como terminales de gas natural licuado, dijo Habeck.
Recientemente, Habeck ha mantenido conversaciones con funcionarios de Noruega y Medio Oriente en un intento de diversificar los suministros, mientras que Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron el viernes que intentarán aumentar el suministro de GNL a los países europeos para fines de 2022.
Un documento del ministerio que lidera Habeck titulado “Informe sobre el progreso de la seguridad energética” publicado el viernes dice que la independencia del gas de Rusia se puede “lograr en gran medida para el verano de 2024″ con un “gran esfuerzo conjunto” que reduciría a un 10% el porcentaje en el mix importaciones de Alemania.
Los analistas expresaron escepticismo sobre la viabilidad de estos planes.
“Suena bastante improbable y probablemente imposible”, dijo Niall Trimble, director gerente de la consultora Energy Contract Co. “La principal alternativa es el GNL, pero este mercado está muy ajustado con pocos excedentes de cargamentos disponibles”, señaló Trimble. “Para Alemania también puede haber problemas con el acceso a la capacidad de importación de GNL”.
Una expansión de las energías renovables, una amplia reducción de la demanda, la diversificación de los proveedores y el aumento de la producción de hidrógeno limpio también son elementos esenciales para el cambio energético de Alemania, dijo Habeck.
“Aunque seamos menos dependientes de las importaciones rusas, es demasiado pronto para un embargo energético”, afirmó. “Las consecuencias económicas y sociales seguirían siendo demasiado graves. Pero cada contrato de suministro que se rescinde perjudica a Putin”.