La aerolínea nacional australiana Qantas celebró el jueves la reactivación de su negocio y dio por terminada “la crisis existencial” causada por más de dos años de pandemia que costaron a la empresa US$ 17,000 millones de ingresos.
A pesar de registrar su tercer año consecutivo con pérdidas, el grupo declaró en su presentación de resultados que “la crisis existencial planteada por la pandemia estaba ahora terminada”.
A finales de junio, cuando finaliza el año fiscal en Australia, los viajes domésticos superaban los niveles prepandemia y, aunque los internacionales todavía se situaban al 50%, esto se vio compensado por “el rendimiento récord” en la división de transporte de mercancías.
“Siempre supimos que la demanda para viajar se recuperaría con fuerza, pero la velocidad y la magnitud de esta recuperación ha sido excepcional”, dijo el jefe ejecutivo Alan Joyce.
Este último trimestre no fue suficiente para arreglar los daños causados por las variantes ómicron y delta en el año, que termina con una pérdida antes de impuestos de 1.200 millones de dólares australianos (830 millones de dólares).
La empresa asegura que ahora se centrará en superar sus desafíos operativos ante el malestar causado entre los clientes por los largos retrasos en los aeropuertos australianos.
En medio de problemas de escasez de mano de obra en el país, aislado durante gran parte de la crisis sanitaria, Qantas pidió a principios de mes a sus ejecutivos trabajar manipulando equipajes.
La solicitud causó controversia porque la aerolínea despidió a 2,000 trabajadores de tierra durante la pandemia, una decisión declarada posteriormente ilegal por la Corte Superior.