El Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) advirtió de la acelerada apertura en los últimos meses de unos 35 kilómetros de carreteras en la selva amazónica de Ecuador, algunas con un trazado que pasa muy cerca de reservas naturales como el Parque Nacional Yasuní.
A través de un estudio realizado con imágenes satelitales, el MAAP determinó que los casos más alarmantes se encuentran en las provincias de Orellana, Pastaza y Morona Santiago, donde la aparición de estas vías puede desencadenar deforestación y degradación del bosque circundante, incluso en territorios indígenas.
El caso más llamativo es el de una carretera de 15 kilómetros de longitud que fue construida entre febrero y octubre del 2021 en Orellana, y cuyo trazado pasa a tan solo 800 metros del margen noroeste del Yasuní, el área natural protegida más grande del Ecuador continental, con más de un millón de hectáreas.
“Esta nueva vía genera preocupación sobre los posibles futuros impactos que puede ocasionar alrededor y dentro de Parque Nacional Yasuní”, señaló el informe del MAAP, en referencia a la alta biodiversidad que alberga esta reserva natural.
También cerca del Parque Nacional Yasuní, dentro del territorio ancestral de la etnia waorani y del bloque petrolero Tiguino, administrado por la compañía Petrobell, se abrieron seis kilómetros de vías entre las comunidades de Tiwino y Bataboro, en la provincia de Pastaza.
El primer tramo, de 4.4 kilómetros, fue construido entre enero del 2020 y noviembre del 2021, al sur de la comunidad Bataboro, mientras que el segundo tramo, de 1.7 kilómetros, se realizó entre noviembre del 2021 y enero del 2022, al sur de la comunidad de Tiwino.
Esta ruta se ubica a 12 kilómetros de la zona de amortiguamiento del Yasuní y a 22 kilómetros del límite oeste de la Zona Intangible Tagaeri-Taromenane.
Asimismo, dentro del territorio waorani, pero en su sector oeste, existe otra carretera de dos kilómetros realizada en setiembre del 2021 que conecta la comunidad de Nushiño con la de Ishpingo, y que “amenaza a grandes extensiones de bosque primario”, según el MAAP.
Actualmente hay un proyecto consultado y aprobado para ampliar esta vía hasta la comunidad waorani de Toñampare, lo haría que la longitud de esta nueva vía alcanzase una longitud de 41 kilómetros y abriese un “nuevo frente de deforestación en esta zona de la Amazonía ecuatoriana”.
El cuarto y último caso advertido por el MAAP está dentro del territorio indígena achuar, en el sureste de la Amazonía ecuatoriana, donde entre septiembre del 2021 y abril del 2022 se registró la ampliación de una vía con 12 nuevos kilómetros.
En este caso el objetivo aparente es establecer conexiones viales entre el poblado de Taisha con la comunidad de Pumpuentsa, y posiblemente hasta Puerto Morona y la frontera con Perú, aunque el MAAP no descarta que esté relacionada con “el desarrollo de actividades petroleras en los bloques 76, 77 y 78, actualmente en estado de solicitud”.
Este informe del MAAP es parte de una serie enfocada en la Amazonía ecuatoriana, a través de una colaboración estratégica entre las organizaciones Fundación EcoCiencia y Conservación Amazónica, y con el apoyo de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (Norad).