Las cargas de trabajo excesivo, los horarios, las horas extras, las condiciones laborales físicas inseguras o deficientes, el acoso u hostigamiento, la remuneración inadecuada, discriminación salarial, además de factores externos relacionados con la vida familiar, inciden negativamente en la salud mental de un trabajador, provocando estrés, ansiedad, entre otros.
La Organización Mundial de la Salud define el estrés como un estado de preocupación o tensión mental causado por situaciones complejas. La ansiedad por su parte, se relaciona con preocupaciones y miedos recurrentes frente a las diferentes situaciones de la vida diaria.
Las dos sintomatologías encuentran en el estudio y el trabajo circunstancias que pueden dispararlas, afectando así el normal desarrollo de estas y otras actividades en las personas. El estrés laboral es un fenómeno de aparición cada vez más habitual entre la población. Las ciencias sociales y neurológicas lo definen como el conjunto de respuestas cognitivas, fisiológicas y emocionales que se producen ante ciertos aspectos adversos en el ámbito profesional y/o personal.
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“El estrés puede producirse por un mal ambiente o “clima” laboral, ante lo cual aparece una reacción física y mental en repuesta al cambio que afecta a nuestro círculo de trabajo o el emocional personal, y que tiene lugar en el entorno o puesto donde desarrollamos nuestra profesionalidad”, comenta Marta González, profesora de EAE Business School.
Asimismo, precisa que aun cuando las crisis sean profundas, mayores pueden ser las oportunidades de salir fortalecidos de estas; pues representan una oportunidad para cambiar, solucionar, crear o saldar necesidades y finalmente crecer.
Así, las circunstancias complejas deben entenderse como una oportunidad para transformar algunos aspectos y reforzar nuestras convicciones. “Todas las grandes crisis ofrecen la posibilidad de transformar el orden personal, empresarial y por extensión, el mundial”, menciona la docente.
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El estudio Health on Demand 2023 de Mercer Marsh Beneficios, consultora en salud y beneficios reveló que el estrés que presentan los empleados es un problema crítico para la atracción y retención de talento.
El estudio encuestó a cerca de 4,000 empleados en Latinoamérica y El Caribe sobre sus prioridades en lo que respecta a la salud y el bienestar. Los resultados muestran que casi la mitad de todos los empleados en Latinoamérica (48%) informan sentirse estresados en el día a día.
Cuando se les preguntó qué factores los ponían en riesgo de agotamiento en el trabajo, los tres primeros fueron presiones laborales (54%), liderazgo deficiente (39%) y cultura tóxica (37%).
Por otro lado, el 55% de los empleados que contestaron la encuesta indicaron que durante el año anterior trabajaron sin sentirse bien mentalmente; porcentaje que asciende a 61% para los empleados que indicaron laborar en el mismo periodo de tiempo sin sentirse físicamente bien, lo cual representa un riesgo para las organizaciones que se puede materializar en ausentismo, rotación, disminución de la productividad y de la rentabilidad.
Para Ricardo de Almeida, director ejecutivo de Mercer Marsh Beneficios para Latinoamérica y El Caribe en los últimos años, la salud y el bienestar de los empleados se han visto presionados por múltiples crisis, que van desde la económica y conflictos geopolíticos a la pandemia global. “Nuestra investigación muestra cómo estos desafíos, junto con los múltiples puntos de presión que enfrentan los sistemas de atención médica, han sacado a la luz brechas significativas en la protección de la fuerza laboral. Esto es particularmente cierto entre grupos como los trabajadores mal pagados, los cuidadores y las mujeres”.
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Opciones para manejar el estrés y ansiedad
Con la intención de prevenir fuertes afectaciones, la EAE Business School detalló una serie de tips que pueden ayudar a manejar mejor las situaciones potencialmente complejas.
· Dormir lo suficiente: esto permitirá enfrentar con mejores capacidades físicas y mentales, las actividades tanto educativas como profesionales por desarrollar.
· Alimentación equilibrada: cuidando de proveer al organismo con los nutrientes necesarios para la demanda física y mental.
· Ejercicio regular y meditación: permite poner en funcionamiento todas las funciones físicas y mentales del cuerpo, y otorga un descanso mental frente a la saturación de una actividad académica o profesional prolongada.
· Establecer un cronograma: que incluya tiempos de deberes y descansos. La planeación esfuerzo-recompensa permite un equilibro que la mente y el cuerpo agradecen.
· Redes de apoyo: a veces falta simplemente hablar y desahogarse, de allí la importancia de encontrar alguien dispuesto a escuchar nuestro malestar.
· Ver las situaciones en perspectiva: en medio de la situación de ansiedad o estrés, es complejo ver otros ángulos que no sean los que generan malestar. Sin embargo, es valioso encontrar un momento para evaluar dichas circunstancias y comprenderlas mejor. Quizá allí se descubra una necesidad de cambio, mejora o transformación.
Cabe precisar que cuando la depresión o la ansiedad se involucran de manera recurrente en el normal desarrollo de la actividad profesional, estudiantil y personal, lo más apropiado es consultar de inmediato a un especialista para que oriente el manejo adecuado de las mismas.
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