
El futuro del Seguro Social en Estados Unidos enfrenta un desafío crítico. Esta no es una suposición alarmista, sino una advertencia recurrente de expertos y de los propios fideicomisarios del programa. Sus informes más recientes proyectan que, de no implementarse cambios, las reservas del fondo fiduciario se agotarían para principios de la década de 2030.
Yo sé que, para muchos, especialmente quienes están cerca de la jubilación o ya dependen de estos beneficios, este tipo de noticias puede generar mucha incertidumbre. Sé que cada cheque del Seguro Social cuenta mucho para la economía de los beneficiarios. Por eso quiero explicarte, de forma clara y cercana, qué reformas se están poniendo sobre la mesa y cómo podrían afectar a millones de personas a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

CAMBIOS QUE PODRÍAN OCURRIR EN EL SEGURO SOCIAL
1. Aumento de la edad plena de jubilación (FRA)
Uno de los primeros cambios que se vienen discutiendo desde hace tiempo es el aumento de la edad plena de jubilación. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, ya está previsto que la FRA llegue a los 67 años para quienes nacieron después de 1959. Pero hay propuestas que van más allá: algunos sugieren aumentarla gradualmente a 68, 69 o incluso 70 años.
La idea detrás de esto es que vivimos más tiempo y, en teoría, podríamos trabajar más. Pero la realidad no es tan sencilla porque no todos tienen trabajos de oficina, pues hay personas que simplemente no pueden seguir laborando hasta los 70 por razones de salud o desgaste físico. Como bien señala Shannon Benton, de la Liga de Ciudadanos Mayores, esto podría recortar en la práctica los beneficios de muchos jubilados, sobre todo de quienes se ven obligados a retirarse antes de alcanzar esa edad.
2. Cambios en el impuesto sobre la nómina
Otra posible reforma gira en torno al límite del impuesto sobre la nómina. Actualmente, solo los primeros US$168,600 de salario están sujetos a este impuesto. Todo lo que se gane por encima de eso, queda libre de aportes al Seguro Social.
¿Y qué se está proponiendo? La Ley de Seguridad Social 2100, impulsada por el congresista John Larson, plantea aplicar el impuesto nuevamente para los salarios superiores a US$400,000. Es lo que se conoce como un “donut hole” fiscal. Así, quienes ganan más contribuirían más al sistema, cerrando progresivamente esa brecha con el tiempo.
3. Ajustes en la fórmula de beneficios
Otra posible modificación que se está considerando tiene que ver con cómo se calculan los beneficios. Hoy en día, el Seguro Social utiliza una fórmula progresiva que favorece a quienes han tenido ingresos bajos a lo largo de su vida laboral.
Algunas propuestas buscan reforzar esa lógica: ofrecer un poco más a quienes menos ganan, y recortar modestamente los beneficios para quienes han tenido ingresos más altos. Por ejemplo, el plan Bowles-Simpson iría en esa dirección. ¿El objetivo? Hacer el sistema más justo y al mismo tiempo más sostenible.
4. Revisión del ajuste por el costo de vida (COLA)
Actualmente, se basa en el índice IPC-W, que mide la inflación para trabajadores urbanos. Pero no refleja bien el gasto real de las personas mayores.
Benton y su organización proponen usar el IPC-E, el índice de precios para la tercera edad, que considera mejor el costo de medicamentos, salud y vivienda, que son rubros críticos para los jubilados. Sin embargo, otros defienden usar el IPC encadenado, que refleja una inflación más baja, lo cual podría significar ajustes menores y, en consecuencia, pérdida de poder adquisitivo a lo largo del tiempo.
5. Suba en la tasa del impuesto sobre la nómina
Esta medida no suele gustar mucho, pero se menciona como una de las más efectivas: aumentar la tasa del impuesto sobre la nómina. Actualmente, trabajadores y empleadores pagan un 6.2% cada uno (12.4% para autónomos). Los expertos creen que incluso un pequeño aumento, implementado gradualmente, ayudaría muchísimo a cerrar la brecha financiera.
La ventaja aquí es que el costo se reparte entre todos, sin tocar directamente las prestaciones de quienes más dependen de ellas. Pero claro, esto también genera debate político, especialmente en épocas de alta inflación o incertidumbre económica.
6. Más impuestos sobre los beneficios
Finalmente, no podemos dejar de lado un tema algo impopular pero que también se está analizando: aumentar los impuestos sobre los beneficios del Seguro Social para jubilados con ingresos más altos. Hoy, hasta el 85% de las prestaciones puede estar sujeta a impuestos, pero los umbrales de ingresos no se han actualizado con la inflación.
Algunas propuestas sugieren rebajar esos umbrales o hacer tributar una mayor parte del beneficio para quienes ganan más. Es una manera de generar ingresos adicionales sin afectar a quienes tienen ingresos bajos o medios, pero como te imaginarás, esto genera controversias en el Congreso y entre los votantes.
