
Hace casi cuatro décadas, Estados Unidos tomó una decisión histórica que cambió la vida de millones de inmigrantes y fortaleció su economía: la aprobación de la Ley de Reforma y Control de Inmigración (IRCA, por sus siglas en inglés). Promulgada el 6 de noviembre de 1986 por el entonces presidente Ronald Reagan, esta norma permitió que unos tres millones de inmigrantes indocumentados regularizaran su situación migratoria y, eventualmente, accedieran a la ciudadanía estadounidense.
Hoy, en medio del estancamiento legislativo sobre inmigración, el impacto de esa amnistía, dada por un republicano, vuelve a estar en el centro del debate, resalta un reportaje de la BBC.

¿POR QUÉ REAGAN LEGALIZÓ A MILLONES DE INDOCUMENTADOS?
Ronald Reagan, ícono del conservadurismo estadounidense, creía firmemente en una nación abierta a quienes querían trabajar y prosperar en ella. Durante su campaña presidencial de 1980, ya hablaba de una amnistía para trabajadores sin papeles. Desde su experiencia como gobernador de California, entendía que la mano de obra migrante era esencial para la economía del país.
En su discurso de promulgación de la ley, Reagan afirmó: “Me complace promulgar esta ley. Representa un paso importante para afrontar este desafío a nuestra soberanía. Al mismo tiempo, preserva y enriquece el legado nacional de inmigración legal”.
La IRCA fue vendida como una reforma migratoria integral con tres componentes principales:
- Sanciones a empleadores que contrataran trabajadores indocumentados.
- Refuerzo de la seguridad fronteriza, especialmente con México.
- Legalización de migrantes sin papeles presentes en el país antes del 1 de enero de 1982.
Sin embargo, el gobierno evitó usar la palabra “amnistía”, prefiriendo hablar de “legalización” para facilitar el apoyo bipartidista.
¿QUIÉNES SE BENEFICIARON DE LA AMNISTÍA?
La ley ofreció dos vías principales de regularización:
- Para inmigrantes que vivían en EE.UU. antes del 1 de enero de 1982. Se estima que 1,7 millones de personas se acogieron al primer programa.
- Para trabajadores agrícolas con al menos 90 días de empleo entre mayo de 1985 y mayo de 1986. Se beneficio un promedio de 1,3 millones de extranjeros, gran parte mexicanos.
¿CUÁL FUE EL IMPACTO DE IRCA EN LA ECONOMÍA DE ESTADOS UNIDOS?
La legalización de 3 millones de indocumentados tuvo como resultado fue una transformación económica y social. Pese a los temores de que legalizar a millones perjudicaría al mercado laboral, los estudios demostraron lo contrario. Según el profesor Raúl Hinojosa, de la Universidad de California en Los Ángeles, los migrantes regularizados experimentaron mejoras rápidas en sus ingresos y pudieron explotar mejor sus habilidades.
En solo dos años:
- Sus salarios aumentaron entre 15% y 17%.
- Muchos comenzaron a estudiar inglés.
- Cambiaron a empleos mejor remunerados.
Para 1992:
- Las mujeres legalizadas ganaban en promedio 20,5% más por hora.
- 38,8% de los hombres mexicanos regularizados accedieron a trabajos mejor pagados.
Además, el nivel educativo y la propiedad de viviendas aumentaron, mientras que las tasas de pobreza disminuyeron significativamente.

¿LA REFORMA MIGRATORIA TAMBIÉN BENEFICIÓ A LOS CIUDADANOS ESTADOUNIDENSES?
Sí. Uno de los argumentos más usados por los críticos de la amnistía era que los migrantes legalizados competirían con trabajadores estadounidenses por empleos de baja cualificación. La evidencia mostró lo contrario.
Según Hinojosa, la legalización dinamizó la economía local en barrios urbanos y rurales, generando más empleos y aumentando el consumo. Incluso comunidades afroestadounidenses vieron beneficios indirectos por el crecimiento económico y la mayor demanda de trabajadores.
Además, los migrantes regularizados comenzaron a pagar impuestos, abrir negocios y enviar a sus hijos a la universidad.
“Obtener una autorización de empleo legal proporciona a las personas indocumentadas movilidad laboral, permitiéndoles mejorar sus habilidades, cambiar de trabajo y aportar más al PIB y a la recaudación fiscal del país”, explicó Hinojosa.