Un niño boliviano encabeza una marcha de trabajadores que conmemoraba el Dia Internacional Del Trabajo 01 mayo en La Paz en 1997 (Foto: Gonzalo Espinoza / AFP)
Un niño boliviano encabeza una marcha de trabajadores que conmemoraba el Dia Internacional Del Trabajo 01 mayo en La Paz en 1997 (Foto: Gonzalo Espinoza / AFP)

Como todos los años, diversos países celebran el 1 de mayo el , que no es otra cosa que la conmemoración del movimiento obrero mundial para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras. Si bien, debido a esta fecha se da feriado, y dependiendo de qué día caiga se puede dar un puente, más allá de una simple celebración que es usada para descansar o reunirse con amigos, colegas o familia, detrás de él hay una poderosa historia. En los siguientes párrafos, te contamos por qué se rememora esta fecha.

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Cabe señalar que en Estados Unidos, Canadá y otras naciones no se conmemora este día; y en su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre.

¿POR QUÉ EL 1 DE MAYO SE CELEBRA EL DÍA DEL TRABAJO?

El Día del Trabajo se celebra cada 1 de mayo para recordar la lucha de los jornaleros de Chicago, quienes lograron reducir las horas de trabajo de 12 y hasta 18 horas a 8 horas diarias.

Para ello debemos recurrir a la historia, cuando se formaron varios movimientos con el objetivo de solicitar: “ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”, demanda que llevaron en 1829 a la legislatura de Nueva York. Cabe mencionar que antes de este pedido, existía una ley que prohibía a los trabajadores estar más de 18 horas en sus centros laborales, salvo casos de necesidad, por lo que cualquier empleador de una compañía de ferrocarril que obligaba a su gente a trabajar ese tiempo debía de pagar una multa de 25 dólares. Obviamente, esto era insuficiente, sumado a las malas condiciones laborales.

Fue así como se agruparon los obreros, cuya mayoría estaba afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, que decidió en su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, que a partir del 1 de mayo de 1886, no iban a trabajar más de ocho horas diarias, por lo que se fueron a una huelga; y así fue, 200.000 trabajadores iniciaron su medida y otra misma cantidad amenazaba con hacerlo si no hacían caso a su pedido.

En tanto, en Chicago, donde las condiciones laborales eran las peores, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo, pero se produjo en medio de enfrentamientos con la policía, donde hubo disparos a quemarropa por parte de la policía. El saldo: 6 muertos y decenas de heridos. Ante ello, el periodista alemán Adolph Fischer redactó una proclama convocando a una protesta para el día siguiente, 4 de mayo, en la plaza Haymarket. Este escrito que se imprimió en 25.000 octavillas provocó que fuera llevado a juicio, que lo condenó a la horca.

Aquella concentración se dio a las 7:30 p.m., hora en la que más de 20.000 trabajadores protestaban hasta que un artefacto explosivo estalló entre los policías, provocando la muerte de un agente y varios heridos. Esto hizo que los uniformados abrieran fuego contra los manifestantes. Al final, 38 personas murieron y más de 200 resultaron heridas. Esta situación, llevó a Chicago ser declarado estado de sitio e iniciarse un toque de queda, que llevó cientos a ser detenidos y torturados, al ser acusados de asesinar a un efectivo policial.

El 21 de junio de 1886, se inició un juicio contra 31 responsables, que luego quedaron en ocho. A raíz de las irregularidades, este fue calificado como un “juicio farsa”. Al final, tres de ellos fueron sentenciados a prisión y cinco a la horca. Las condenas fueron ejecutadas el 11 de noviembre de 1887. Ellos son conocidos como los Mártires de Chicago.

Fue a finales de mayo de 1886 que varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a los obreros. Ante esta medida, la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su alegría: “Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical”, publica .

La fijación legal de la jornada normal de ocho horas, que ya había sido proclamada en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra, y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París fue un gran logro. Pero faltaba más.

Después de lo acontecido en Estados Unidos, la Segunda Internacional buscó convertir el 1 de mayo en un día festivo, recordando la reducción a ocho horas de la jornada laboral. En 1904, la II Internacional reunida en Ámsterdam pidió a “todos los partidos, sindicatos y organizaciones socialdemócratas luchar energéticamente en el Primero de Mayo para lograr el establecimiento legal de la jornada de 8 horas y que se cumplieran las demandas del proletariado para conseguir la paz universal”. A la par, el congreso hizo que ese día sea declarado no laborable, sin perjuicios para los trabajadores. De esta manera, esta fecha se instauró en varias naciones hasta la actualidad.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). Más de diez años de experiencia en periodismo. Actualmente se desempeña como redactora del Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.