
Cuando un ejecutivo inicia un proceso de outplacement, suelen abrirse tres caminos: recolocarse en un empleo dependiente, emprender una actividad independiente u optar por una jubilación activa. En esta edición de 20 en empleabilidad, Fernando Miranda, consultor asociado de LHH DBM Perú, reflexiona sobre la opción de emprender un negocio.
Explica que pasar de empleado dependiente a independiente no es solo un cambio laboral, sino de vida, porque dejas el “paraguas corporativo” y el respaldo de un equipo, para asumir casi todas las responsabilidades de manera individual.
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Otro aspecto relevante es la pérdida de la credencial de una gran compañía, que facilitaba explicar tu trabajo. Además, la predictibilidad de los ingresos desaparece; como independiente, los ingresos pueden variar mes a mes, lo que exige una gestión financiera rigurosa.
“No hay caminos mágicos: recolocarse, emprender o jubilarse activamente requiere compromiso y esfuerzo. Un último consejo: si surge una oportunidad laboral, participa en el proceso. Si después decides rechazarla, es una buena prueba que prefieres tu proyecto y estás convencido de tu elección”, dijo.
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