
Los directivos del sector tecnológico rara vez se contienen al hablar de inteligencia artificial. Durante el último año, han llenado salas de conferencias y redes sociales con visiones de un apocalipsis laboral provocado por la IA.
Sam Altman, director de OpenAI, ha advertido que “categorías enteras de empleos desaparecerán”. Dario Amodei, CEO de Anthropic, predice que la IA podría eliminar la mitad de todos los empleos de oficina de nivel inicial y elevar el desempleo a dos dígitos. Elon Musk, siempre a la vanguardia, proclamó recientemente que “la IA y los robots reemplazarán todos los empleos”.
Ahora parece que ha llegado el momento de la verdad. Gigantes corporativos como Amazon, Target y UPS han anunciado conjuntamente planes para eliminar más de 30,000 empleos de oficina, precisamente los trabajadores que Silicon Valley lleva tiempo prediciendo que sufrirían las consecuencias de la expansión de la IA.
En toda la economía estadounidense, las empresas han anunciado casi un millón de despidos este año, un 50% más que en el mismo periodo del año pasado. En los últimos tres meses, la tasa de contratación ha caído a su nivel más bajo en una década (sin contar la pandemia del covid-19). Más de una cuarta parte de los desempleados llevan sin trabajo al menos seis meses, un nivel que rara vez se ve, salvo después de las recesiones.
Los jóvenes graduados están sintiendo particularmente la presión. La tasa de desempleo entre los jóvenes de 22 a 27 años con una licenciatura ha aumentado en más de dos puntos porcentuales desde 2023. Para muchos, el momento es revelador: mientras las empresas pregonan sus inversiones en IA, quienes sufren las consecuencias son aquellos cuyo trabajo parece más automatizable. Incluso Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ha reflexionado sobre la posibilidad de que las empresas que “pueden usar la IA más que antes” estén contratando a menos recién graduados.
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Algunos estudios parecen respaldar su opinión. Una investigación de Erik Brynjolfsson, de la Universidad de Stanford, y sus coautores, revela que, en los empleos más expuestos a la IA, como el desarrollo de software, el empleo entre los trabajadores de 22 a 25 años disminuyó un 13% desde finales de 2022 hasta principios de 2025, en comparación con sus colegas de mayor edad.
Entre los empleos menos expuestos, los trabajadores jóvenes y mayores experimentaron aumentos similares. Guy Lichtinger y Seyed Hosseini, ambos de la Universidad de Harvard, llegan a una conclusión similar. Basándose en perfiles de LinkedIn y datos de ofertas de empleo de Revelio Labs, una empresa de inteligencia laboral, descubren que las empresas que contratan para puestos relacionados con la IA generativa han reducido la contratación en niveles junior de forma más drástica que sus competidores.
Sin embargo, evidencia más amplia apunta en la dirección opuesta. El Economic Innovation Group, un centro de estudios, calcula que desde 2022 hasta mediados de 2025 la tasa de desempleo para el quinto de trabajadores más expuesto a la IA aumentó solo 0.3 puntos porcentuales, frente a casi un punto porcentual para el menos expuesto. Observan un efecto igualmente moderado para los jóvenes graduados en los empleos más expuestos a la IA.
Investigadores del Yale Budget Lab también encuentran pocos indicios de disrupción tecnológica. Al examinar los cambios en la composición de las ocupaciones desde el lanzamiento de ChatGPT, no descubren ningún cambio perceptible en el mercado laboral estadounidense. Los analistas se han mostrado escépticos de que los recientes recortes de empleo por parte de empresas como Amazon se debieran realmente a la IA, en lugar de a las necesidades empresariales habituales.
Si la IA no es culpable, entonces ¿a qué se deben? La explicación más sencilla es que la economía de los trabajadores de oficina se está desmoronando desde un auge pospandémico. Sectores que emplean a muchos graduados, como los servicios de información (incluidos los servicios de medios y datos) y los servicios profesionales y empresariales (contabilidad y consultoría), crecieron muy rápidamente en 2021 y 2022. Su reciente retroceso se asemeja menos a una revolución de la IA que a una vuelta a la normalidad.
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Incluso el desarrollo de software, uno de los trabajos más expuestos a la IA, muestra un patrón similar de auge y caída. Las ofertas de empleo para desarrolladores se duplicaron con creces tras la pandemia, para luego desplomarse.
Martin Casado, de Andreessen Horowitz, una firma de capital riesgo, afirma que el frenesí que disparó las valoraciones de las startups de software llevó a las empresas a contratar personal en exceso, una situación que aún se está revirtiendo. Las industrias presenciales, como la atención sanitaria y la asistencia social, que crecieron de forma constante, recién se han puesto al día con esta tendencia.
Obstáculo para los jóvenes
Otra explicación es cíclica. El lanzamiento de ChatGPT coincidió con el mercado laboral estadounidense más ajustado en décadas: en el verano de 2022 se registró un récord de dos puestos de trabajo vacantes por cada trabajador desempleado.
Las condiciones se han relajado desde entonces, y los jóvenes son los más afectados cuando la economía se desacelera. Nuestro análisis revela que el desempleo juvenil suele aumentar entre una vez y media y dos veces más rápido que la tasa de desempleo general cuando cambia el ciclo económico. Este episodio se ajusta a este patrón.
Sin embargo, a los jóvenes graduados se les avecinan problemas más profundos. Las recompensas de la educación superior se han ido reduciendo. La prima salarial de los universitarios en Estados Unidos se ha estancado durante dos décadas; los graduados ahora representan un tercio de quienes han estado desempleados durante al menos seis meses, frente a una quinta parte hace una generación.
La IA podría añadir pronto otro obstáculo. La tecnología aún no está quitando los empleos a los jóvenes profesionales, pero es posible que, cuando la economía empiece a recuperarse, queden menos puestos disponibles.









