En el último artículo de Byron Moore para el Shreveporttimes.com se analizó la diferencia entre prosperidad y riqueza.
Según el portal Mega Ricos, la definición sencilla de prosperidad es “tus ingresos en relación con los de los demás”. Si ganas US$ 36,000, te consideras un tipo promedio: estás justo en medio de las cifras de ingresos del resto del país.
Sin embargo, ¡alguien que ganaba US$36,000 en 1960 ganaba aproximadamente 7 veces el ingreso promedio (o mediano)! Eso sería como ganar US$ 250,000 hoy. La mayoría consideraría que esa cantidad está bastante bien… y que incluso esta persona probablemente sea rica.
La riqueza es relativa. Pregunta: “¿Cómo te compara con los demás?”
La riqueza es diferente. Sin duda, muchos miden la riqueza de la misma manera (mediante la comparación). Pero ese no es un criterio muy útil. Según esa medida, sólo los super ricos -por ejemplo, los multimillonarios de Internet y los pioneros de las criptomonedas– pueden considerarse verdaderamente ricos.
Una mejor comprensión de la riqueza es “la cantidad de activos que uno tiene en relación con su estilo de vida”.
Según esta medida, una persona con activos millonarios podría ser rica, mientras que otra (con los mismos activos) podría no serlo (debido a un estilo de vida extravagante). La diferencia entre ambos no son los ingresos, sino los gastos.
Esta relación entre los activos y el estilo de vida es más útil para un mayor número de personas. Esto se debe a que muchas personas tienen una capacidad limitada para acumular activos; sin embargo, tienen un gran control sobre el nivel de su estilo de vida.
Según esta medida, uno puede hacerse más “rico” a medida que aumenta sus activos y/o modera su estilo de vida. Para la mayoría, la búsqueda de la riqueza implica ambas acciones.
A continuación, seis elementos esenciales para una vida de riqueza:
1. Estrategia
Esta es obvia. Va a necesitar un plan que combine el ahorro, la protección y el crecimiento de sus activos. Y finalmente necesitarás un plan para convertir esos activos en ingresos para la jubilación.
2. Sabiduría
La sabiduría es la intersección de la inteligencia, la experiencia y la responsabilidad. No es una virtud que se adquiere rápidamente, sino que se desarrolla lentamente con el tiempo. La sabiduría percibe el valor de equilibrar el riesgo y la certeza. La sabiduría combina el poder del ahorro y el discernimiento necesario para ver las buenas oportunidades.
3. Energía
No se puede ser pasivo, el camino hacia la verdadera riqueza requiere esfuerzo. Esto es especialmente cierto en los primeros días de un plan. Los planes no surgen por arte de magia… hay que hacerlos realidad.
4. Disciplina
Tienes que gastar menos de lo que ganas para tener algo que ahorrar. Eso es un dolor a corto plazo para una ganancia a largo plazo. También tienes que resistir la tentación constante de usar las tarjetas de créditos (deudas) para “vivir un estilo de vida como tu vecino rico”. Eso sería una ganancia a corto plazo para un dolor a largo plazo.
5. Resiliencia
Cuando comience su viaje hacia la riqueza, navegará con algunos vientos en contra. Casi el 100% de los más de 3.000 mensajes de marketing que ve y escucha a diario irán en contra de su estrategia disciplinada. Tendrá que aprender a decir “no” muchas veces.
6. Tiempo
Este no será un viaje rápido. Y a pesar de toda la gente que le invitará a su país de hadas de “hacerse rico rápidamente”, los atajos son un camino de ida a la decepción. Pregúntate: “¿Conozco a una persona rica que se haya hecho rica de esta manera?.. ¿Solo una”.
Según Moore, la prosperidad tiende a ser temporal y la riqueza tiende a ser permanente.
Para la mayoría, habrá una tensión natural entre el deseo de vivir en abundancia (aunque sea a corto plazo) y la voluntad de crear riqueza a largo plazo. Es bueno entender y anticipar esa batalla. Es real.
La pregunta que cada uno de nosotros debe responder es: “¿Qué tipo de riqueza quiero… la temporal o la permanente?”. Tu respuesta determinará tu futuro.