¿Qué pasa cuando se nos acaba el amor por nuestro negocio? ¿Qué haces con la fatiga?
Según el portal Entrepeneur, es una pregunta muy común que es razonablemente complicada de contestar como presidente, socio y dueño de negocio. Y tanto Clay como yo hemos ayudado a líderes durante años a luchar contra este agobiante problema en nuestro Curso para presidentes en Aileron. Cuando nos metemos de lleno en la batalla por lograr nuestros sueños, suele haber bajas de guerra. Es normal tener que sacrificar tiempo, hobbies e incluso nuestra cultura laboral en la búsqueda de algo mejor. Y en el camino, incluso puede pasarnos que se nos acabe el amor por el negocio.
Entonces, ¿cómo reorientarnos? ¿Cómo reconectar nuestro amor por el negocio y su propósito? Regresamos a lo básico y nos hacemos tres preguntas.
1. ¿Qué necesito de mi negocio?
Cuando estamos construyendo un negocio estamos ocupados haciendo crecer nuestra cartera de clientes. Constantemente nos estamos preguntando qué es lo que necesitan nuestros clientes, empleados y socios. Estamos ajustando, iterando y creando. Esto es lo que se espera y es lo normal. Ser considerado con los demás es señal de buen liderazgo.
Pero muchos de nosotros necesitamos recordar que también es bueno, sano y necesario pensar en nuestras propias necesidades. Esto puede incluir de todo, desde lo financiero hasta lo emocional. Puede que necesitemos cierta cantidad de ganancias para nuestra familia y el futuro. Puede que necesitemos sentirnos exitosos o como que hemos logrado algo. Puede que necesitemos más tiempo lejos el negocio o que los que nos rodean se hagan responsables de las cosas.
Haz una lista de todo lo que necesitas y ponla de forma que puedas verla constantemente. Cuando fusionamos nuestras necesidades con las de los que nos rodean creamos una situación de ganar-ganar para toda la empresa.
2. ¿Qué necesito de mi equipo?
Puede ser complicado expresar lo que necesitamos de los que nos rodean. La misma pregunta puede parecerte egoísta, pero en realidad es todo lo contrario. Cada persona de tu equipo tiene necesidades, pero el hecho de comunicarlas o no, generalmente depende de ti.
Iniciar esta conversación puede ser complicado y al principio te vas a sentir raro o incómodo. Para los líderes es fácil asumir que la gente responderá de cierta forma cuando nos abrimos y compartimos nuestras necesidades. Pero para volver a enamorarte de tu trabajo necesitas ser honesto con tu equipo. Ellos juegan un rol fundamental a la hora de ayudarte no sólo a lograr lo que necesitas, sino a sentirte satisfecho con la forma en la que se están haciendo las cosas. Todos en tu empresa se verán inyectados con un sentido de alegría, satisfacción y claridad.
Cuando te abres con tu equipo los invitas a hacer lo mismo, los líderes más valientes infunden valor en los demás. Y a la gente le encanta sentir que es parte de un gran equipo.
3. ¿Qué reglas o creencias necesito dejar ir para evitar la fatiga?
Muchos nos aferramos a viejas reglas y creencias sin siquiera darnos cuenta:
Tengo que hacer feliz a la gente.
Tengo que llegar temprano a la oficina.
Tengo que revisar mi correo cuando estoy de vacaciones.
No le puedo pedir a la gente que haga más cosas de las que ya hace.
Soy el único que puede hacer esto.
No seré exitoso hasta que esté ganando X cantidad de dinero.
Cualesquiera que sean estas reglas, la mayoría no se platica y muchas de ellas son obsoletas. Esta mala alineación produce, naturalmente, un sentimiento de culpa; sentimos que deberíamos apegarnos a las viejas reglas pero que estamos viviendo bajo otras.
Si quieres dar un paso hacia sentirte más seguro, satisfecho y contento, piensa en las reglas que tienes en tu negocio y en tu vida. ¿De cuáles te deberías deshacer? ¿Cuáles son obsoletas? ¿Qué nuevas reglas podrías crear que estén más alineadas con tus valores?
Recuperar tu pasión es un viaje en sí mismo, pero también es una gran oportunidad y debería estar plagada de curiosidad. No permitas que tus sentimientos de duda o confusión opaquen otro semestre más. Sé honesto con los que te rodean, comunica tus necesidades e invítalos a hacer lo mismo.