FOTO 1 | 1. Reduce el estrés poniéndote a ti en primer lugar
Tú eres el único CEO de tu cerebro y de tu cuerpo, y el mayor factor de tu éxito, así que intenta invertir en tu paz mental con actividades relajantes cada día. La meditación es una de las mejores técnicas, pero puede ser algo retadora al principio. Si quieres triunfar meditando, primero debes ser capaz de hacer dos cosas: relajarte y concentrarte. Estas son dos capacidades que nuestra estimulante cultura moderna de tecnología, redes sociales, exceso de trabajo y multitasking ha vuelto muy complicadas. Empieza con técnicas de respiración amables, con yoga restaurador y encuentra pequeñas formas de ser bueno contigo mismo y de divertirte más. Puedes intentar dar pequeños paseos, pasar tiempo al aire libre, escribir en tu diario, hacer actividades artísticas o escuchando música sin letras (las letras en las canciones activan los recuerdos). Si puedes poner en práctica alguna de estas actividades por lo menos 10 minutos al día durante las siguientes tres semanas, verás muy buenos resultados. (Foto: Freepik)
Estrés

Independientemente de si es un estrés momentaneo y fluctuante, o si es un estrés elevado y duradero, encontrar que le permitan a tu cuero y mente desconectarse, relajarse y reagruparse es sumamente importante. Habiendo pasado una década trabajando en manejo del bienestar y siendo ahora dueña de mi propio negocio como emprendedora, el ajetreo del mundo laboral no me es ajeno. Largas horas, proyectos y tiempos de entrega demandantes, mucha presión, lo que quieras, lo he vivido. Y esto no sólo me estaba pasando factura a mi, también estaba impactando la salud mental y física de mis compañeros de trabajo, según

Tuve un momento de claridad y me di cuenta de que tenía que dar un paso atrás del trabajo y enfocarme en lo que era realmente importante: ¡yo!

Evitar el estrés, o la sensación de sentirte abrumada es casi imposible, es una parte natural de la vida, y el hecho de superar los obstáculos es lo que nos permite crecer y ser versiones cada vez más fuertes y poderosas de nosotros mismos.

Lo que sí es posible es cambiar la forma en la que entendemos el estrés y aprender a entenderlo mejor y a asimilarlo de formas sanas. Si el estrés no se reconoce y maneja de manera correcta, puede ocasionarte problemas de peso, problemas digestivos, falta de agudeza mental e incluso depresión. Después de reconocer mis propios niveles de estrés y los efectos que tenían en mi salud, empecé a implementar cuatro simples conceptos a mi vida diaria que me ayudaron a reducir el estrés mientras mejoraban mi concentración, productividad y creatividad.

Convierte el estrés en un valor

Si trabajas para implementar cada una de estas cuatro ideas a tu vida diaria, verás que empiezas a manejar mejor las situaciones estresantes, sintiéndote más en clama y con mayor claridad mental. Empezarás a caminar hacia tus objetivos y ambiciones con energía renovada, con propósito y motivación. Estas técnicas no me llegaron de la noche a la mañana. Toman tiempo y paciencia, pero valen cada minuto que les inviertas. En conjunto, estas cuatro prácticas me ayudaron a encontrar el balance en mi vida y a conectar con mi propósito y mi carrera. Estas técnicas te permiten no sólo mejorar tu fortaleza física y mental, sino realmente triunfar a tu máxima capacidad mientras pones en armonía tu mente, cuerpo y propósito.