FOTO 1 | 1. Salud. Desde el uso de sitios web para auto diagnosticarnos hasta contar el número de pasos que damos en un día, el sector salud está muy lejos de donde estaba hace algunas décadas. Ahora un paciente en la zona rural de Kenia puede localizar a un trabajador de la salud a mitad de la noche, y gracias a la tecnología y a la recolección de información, puede esperar mejores prácticas preventivas, diagnósticos más inteligentes e investigación y desarrollo más eficientes.

Pero a pesar de todos los cambios, dos verdades permanecen: a) Las mujeres llevan el peso de hacerse cargo de la familia y b) seguimos siendo mayoría en los trabajos del campo de la salud.

Una muestra de 123 países reveló que las mujeres suman 67 por ciento de la fuerza laboral en los sectores sociales y de salud. En Estados Unidos, 80 por ciento de la fuerza laboral del sector salud está compuesto por mujeres. ¿Y quiénes creen que son 90 por ciento de las enfermeras registradas?

Para algunos, trabajar en este tipo de puestos como trabajador de la salud, en las que el entrenamiento es mínimo y los sueldos bastante escasos, es una vocación. Otros sólo quieren salir de su casa y ser parte de la fuerza laboral pagada del país. Esto no sólo les da herramientas, también les hace ganarse el respeto de su familia. Independientemente de cuál sea su motivación, es un hecho que sin mujeres, el sector salud se derrumbaría. (Foto: Difusión)
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| Sorprendentemente, las mujeres están asumiendo cargos que antes estaban reservados únicamente para los hombres, y están desempeñándose igual o mejor, y están tomando el control de sueldos más altos.

Las últimas tendencias sugieren que estamos escalando de los trabajos con sueldos bajos, en donde estaba la fuerza laboral femenina, y tomando posiciones que antes sólo ocupan los hombres en puestos como administración, finanzas, leyes, liderazgo, etc. De hecho, estadísticamente las mujeres somos líderes más competentes que los hombres, sin embargo, tenemos menos confianza en nosotras mismas.

Además de demostrar que una mujer puede hacer lo mismo que un hombre puede hacer, hemos ido un paso más allá hacia dominar algunas industrias.

Y aunque la cantidad de mujeres en puestos directivos sigue siendo relativamente baja, nuestras competencia de liderazgo nos da una ventaja para dominar estas industrias.

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