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Te despiertas sobresaltado por el sonido sirenas. Miras tu teléfono. Son las 7 de la mañana. ¿Por qué demonios no ha sonado la alarma? Si sonó, pero no la escuchaste. Das un salto de la cama y te bañas corriendo. Acabas de anudarte la corbata para tomar tu termo con café y correr escaleras abajo. Subes al coche y entras en el tráfico de Periférico a las 7.30 am. El Waze te avisa que hay un accidente que ralentiza el tráfico 20 minutos…

Según el portal , este es el día a día para muchos de nosotros, quizás no todos los días, pero seguro que más de uno se ha sentido identificado con este primer párrafo. El asunto es que cuando nos hacemos adultos, nuestra vida se vuelve en un resolver problemas y situaciones inesperadas todo el tiempo. Y las cosas que se escapan a nuestro control, por defecto, generan estrés.

Así que, aunque seguro que ya conoces más de un truco para gestionar tus malos momentos, es bueno contar con todas las herramientas posibles para mantenernos enfocados en nuestros objetivos. Te propongo a continuación cinco 5 ejercicios muy sencillos que la ciencia ha demostrado funcionan muy bien para controlar la tensión.

1. Aprende a respirar para regularte en cualquier circunstancia

Sí, respira. Alan Watts, el gurú de la vida zen de los años 70, decía que gran parte del secreto de una vida feliz consiste en aprender a respirar adecuadamente y en reír todo lo que se pueda. Así que hagamos caso al maestro Watts, ahora, aquí en este mismo instante. Toma aire por la nariz lo más profundamente que puedas (estoy esperando a que empieces). Muy bien. Ahora exhala por la boca todo lo profundamente qué puedas.

¿Qué tal? ¿No ha funcionado y sigues igual? Repite nuevamente inhalando de nuevo todo lo profundo que puedas. Recuerda meter aire por la nariz, exhalar por la boca, y repetir hasta 10 veces esta secuencia. ¿Qué aún así no funciona? Sigue repitiendo el ejercicio pero ahora cuanta mentalmente los segundos que usas para inhalar y exhala también contando.

2. ¿Quieres hacer lo mismo y cansarte menos? Deja que tu cuerpo se relaje

Estira un momento tus brazos hacia atrás; toma aire y luego suéltalo. Recuéstate un instante en tu silla, cierra los ojos y piensa en algo que te relaje (tu última visita a la playa, tu canción favorita, la mejor fiesta de tu vida con amigos).

¿Qué tal? Mejor, ¿no? Puedes hacer esto tres veces al día por 5 minutitos en cada ocasión y después volver a tus cosas.

3. Deja de echarle la culpa a tu jefe

Ya está. Todos sabemos que tu jefe no es la mejor persona del mundo, nos lo has contado un millón de veces. ¿No te das cuenta de que cada vez que repites tu terrible historia tu cerebro la recrea una y otra vez con todo lujo de detalles y vuelves a sentir la misma frustración y cólera que la primera vez y a además generas más hormonas del estrés de las que después deberás deshacerte? ¿No te sientes agotado? A ver, una cosa es desahogarte lo cual es muy necesario, otra bien distinta es convertir la crítica en el centro de tu vida. Si no soportas a tu jefe, deja el trabajo y punto. Y si no es tan grave deja de hacerte daño a ti mismo.

4. Deshazte de las personas que te quitan energía

Seguro que en todos los libros de autoayuda que has leído te lo dicen. Yo te lo voy a volver a repetir porque es una de las cosas que más pesan a la hora de generar estrés del que yo llamo colateral. Reubica o saca de tu vida a todas aquellas personas que te quitan ilusión, ganas de hacer cosas, que te dicen que no se puede, que emocionalmente te sientan mal. Y digo reubica porque muchas veces algunas de esas personas que nos sientan mal son familia o personas muy cercanas de la que no te puedes deshacer. Pero salvo esas excepciones, si la cosa no funciona cambia de entorno, así de sencillo. Tú eres el único responsable de elegir a la gente que te rodea y escoger a aquellos que te aportan bienestar y no tensión. El punto aquí es que busques gente que te aporte y que seas capaz de crear un núcleo personal que te recargue, en la que puedas confiar en tus momentos difíciles. Está demostrado que aquellos que cuentan con un núcleo cercano sólido viven más años y sufren menos por estrés.

5. Disfruta de la naturaleza

“Es que vivo en la Ciudad de México”, “Es que no tengo tiempo”. Blah, blah, blah. Queda claro.

Si de verdad es imposible darte una vuelta por el campo de vez en cuando o irte a un parque a pisar un poco de verde, lo que puedes hacer es crear ambientes agradables en los sitios en los que pasas la mayor parte de tu tiempo. Habla con tu compañero de trabajo que es un conocedor del feng shui y pídele que te organice un poco tu oficina con algunos toques orientales.

Busca por internet algún tutorial para darle a tu casa un toque más relajado, pon música relajada, saca la televisión de la habitación, recoge un poco más la casa para que no parezca un campo de batalla, habla con algún decorador y repinta tu oficina con colores pastel. Logra que tu lugar de trabajo se convierta en un refugio que te ayuda a relajarte, estar tranquilo y recuperarte.

Si eres capaz de hacer estos cinco ejercicios a diario durante un mes te garantizo que tus niveles de estrés se van a reducir dramáticamente.

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