Lo que empezó como un emprendimiento inspirado por una herencia familiar, hoy es una marca que transmite emociones a través de flores, talleres y experiencias vivenciales. Floralia, liderada por Carla Velasco, nació hace ocho años como una florería tradicional orientada al cliente final. Sin embargo, su verdadero crecimiento comenzó cuando la empresa se atrevió a diversificarse sin perder su esencia.
“Más que vender flores, queremos acompañar emocionalmente a quienes las regalan”, explica Carla, quien dejó su carrera corporativa para dar vida a este proyecto lleno de significado. Inicialmente enfocada en la entrega directa, Floralia amplió su horizonte al trabajar con empresas, organizadores de eventos y desarrollos de paisajismo.
Hoy, no solo entrega arreglos florales, sino que colabora con marcas para generar experiencias con propósito, especialmente en fechas clave como el Día de la Madre o el Día de la Mujer. Su misión se ha transformado: ya no se trata de un producto, sino de crear conexiones auténticas a través de la naturaleza.
Diversificación creativa como motor de crecimiento
La pandemia fue un punto de inflexión. Mientras muchos negocios se detenían, Floralia creció gracias a su capacidad de respuesta con envíos a domicilio. Pero fue el año 2023 el que trajo su mayor reto: “Pensamos que el ritmo positivo seguiría, pero llegó la baja y nos dimos cuenta de que debíamos transformarnos”, cuenta Carla. Fue entonces cuando decidieron incursionar en nuevos servicios sin alejarse del núcleo emocional del negocio.
Desde entonces, la empresa ha incursionado en el paisajismo, decoración floral para eventos y, más recientemente, en talleres vivenciales. Estos talleres permiten a las empresas ofrecer experiencias significativas a sus colaboradores, creando espacios de bienestar y conexión. Para este año, Floralia ha diseñado talleres para más de 120 madres trabajadoras, donde cada una crea su propio arreglo floral. Estas actividades no solo promueven el contacto con lo natural, sino también la vinculación emocional entre marcas y personas.
Una marca que florece con propósito
Aunque el mercado floral es altamente competitivo, Carla tiene claro que su diferenciador es la calidad y la autenticidad. “Nosotros garantizamos flores frescas y experiencias reales. Eso hace que los clientes siempre vuelvan”, afirma. Además, ya proyecta nuevas alianzas: cafés con identidad botánica, experiencias multisensoriales o conceptos de florerías fusionadas con espacios sociales.
Para los próximos años, el desafío de Floralia está en fortalecer su presencia digital, invertir en medios audiovisuales y explorar nuevas formas de difusión. Carla también reflexiona sobre el poder de las flores como vehículo emocional: “Entrar a un lugar con plantas vivas te cambia el ánimo. Queremos que nuestras flores hagan lo mismo con las personas y las marcas”. Ella resume a Floralia con una palabra: resiliencia. Persistir, adaptarse y volver a florecer, sin dejar de lado la pasión que lo inició todo.