El 14 de noviembre, el gobierno de Pedro Castillo, con un decreto de urgencia, estableció el otorgamiento de un bono extraordinario de S/ 210 para los trabajadores formales (privados y públicos) con un sueldo de hasta S/ 2,000. Este bono, que en principio se anunció con el monto de S/ 70, se suma al bono Yanapay Perú, totalizando un presupuesto de S/ 5,760 millones.
Este monto representa alrededor del 1% del Producto Bruto Interno (PBI) del 2019, el 1.2% del 2020 y, bajo la proyección del Banco Central de Reserva (BCR) para el crecimiento del 2021 de 11.9%, representaría alrededor de 1.1%.
El bono Yanapay (presupuestado en alrededor de S/ 5,145 millones) y el bono de S/ 210 (presupuestado en alrededor de S/ 615 millones) están dirigidos a dar un “soporte temporal” a los sectores vulnerables y, según indican los decretos de urgencia de ambos subsidios, están en el marco de estrategias para la reactivación económica.
Alonso Segura, ex ministro de Economía, comentó en su momento que hay propuestas asistencialistas o de subsidios que no son necesarias y oportunas desde lo fiscal, pues son altamente costosas.
“No han mencionado nada sobre la propuesta de ley de reglas fiscales. Han sacado presupuestos con decretos de urgencia de dudosa legalidad que erosiona al marco fiscal, porque tienen más ingresos sin pasar por el Congreso. Se puede repartir dinero con ventilador a cualquiera y dar continuidad a propuestas innecesarias”, manifestó.
El economista Jorge Gonzales Izquierdo comentó que, respecto al último de los bonos, la medida obedece a una estrategia reactiva a la reciente encuesta de Ipsos en donde los peruanos ubican como puntos positivos del gobierno de Castillo a este tipo de subsidios. En consecuencia, se pasó de un monto de S/ 70 mensuales (en tres partes) a repartirlo en un solo tramo de S/ 210.
En el mismo sentido, Marcel Ramírez, experto en gestión pública, mencionó que esta medida cae en el populismo, y no va a propiciar una reactivación o mejora en las condiciones del empleo. “Esto no va a traducirse en un impulso por el lado de la demanda. Esto solo se generaría con bonos permanentes, lo cual no es sostenible”, afirmó.
Gonzales Izquierdo mencionó que es probable que el gobierno también haya estado guiado por el ejemplo de economías como Chile, Estados Unidos o la Eurozona, en donde a través de bonos se comenzó a reactivar la economía de manera “fuerte”. No obstante, precisó que en esos casos, los bonos eran de seis, nueve o 12 meses, mientras que el del gobierno de Castillo no y con un monto mucho menor.
“El gobierno debe estar esperando un efecto multiplicador considerable, cuando no sería el caso, pues la economía sigue aún en reactivación con sectores y negocios sin reactivarse. Con la economía tal y como está, el efecto multiplicador es sustancialmente menor. Si esperan que al dar los S/ 210 en un sola entrega, va a reactivar más la economía que entregarlo en tres meses, están en un error”, indicó.
Sobre el alcance
Respecto al alcance, señaló Ramírez, la focalización del subsidio no es la ideal y no tienen un sentido de política. “La orientación del bono hacia los formales está mal. En las condiciones actuales puede que una parte de los recursos vaya a pagar deuda o algún gasto corriente. La opción, si querían entregar, era solo a personas vulnerables, aunque, en este caso los bonos pueden ser un desincentivo a la búsqueda de empleo. Es un subsidio ciego”, indicó.
El sector formal, señaló Gonzales Izquierdo, significa el 25% de la fuerza laboral, siendo la fracción minoritaria “No le estás llegando al 75% restante. Los formales tienen su sueldo, gratificaciones y otros beneficios, además de impulsos de consumo como el retiro de las AFP y CTS. No tiene sentido que se le siga dando a este segmento de la economía, es un error grave. Quieren reactivar la economía regalando plata”, indicó.
¿Dónde estarían mejor los recursos?
Según Gonzales Izquierdo, el foco debería ser la inversión pública al paralelo de un acompañamiento para su correcta ejecución, pues esta se ha visto menos dinámica en los últimos meses. “Este dinero debería estar mejor destinado a obras públicas y no a consumo”, afirmó.
Añadió que recursos a comedores populares y ollas comunes sería una opción a considerar, si es que se quiere realizar este tipo de medidas de corto plazo.
Ramírez señaló que el uso de recursos debió enfocarse en impulsar a las mypes y dar seguimiento a las mismas. “El dinero está mucho mejor con las micro y pequeñas empresas a la par de un acompañamiento. Se debe identificar a aquellos negocios con baja productividad para generar en ellos nuevas capacidades y que se inserten bien al mercado”, indicó.
¿Cómo le iría al déficit fiscal?
Gonzales Izquierdo señaló que no espera que esta “mueva” el déficit fiscal y que, asimismo, el cambio en el monto no tendría influencia. “Ellos presupuestaron S/ 70 por tres meses, el que se entregue en una sala tanda es irrelevante para el presupuesto”, manifestó.
Ramírez, por su parte, indicó que el gobierno en este momento tiene recursos para poder afrontar gastos de este tipo, pues recientemente se han hecho de obligaciones de deuda; no obstante, el que no se desequilibre financieramente no significa que no tenga repercusión en los mercados o su imagen como administrador.
“El Consejo Fiscal le ha advertido al MEF que dejen de emitir decretos de urgencia que puedan tener impacto fiscal. El MEF tiene recursos, pero el problema es que no está generando nuevas fuentes de recuperación de la economía, sino está siendo irresponsable fiscalmente dando bonos mal focalizados. Las calificadoras de riesgo vienen pidiendo responsabilidad fiscal, en este caso hay una señal negativa”, puntualizó.