El sector de Minería e Hidrocarburos alcanzó un crecimiento de solo 1.92% en la primera mitad del año y, aunque se espera que mejore su desempeño en el segundo semestre, los resultados de estas actividades económicas dependen de diversos factores, entre ellos el político. Luego de su participación en el foro “Perspectivas 2025″, organizado por Gestión, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Víctor Gobitz, comentó las tendencias y expectativas que marcarán el avance de estos rubros.
- Luego de los resultados del primer semestre, ¿cuáles son las perspectivas que tienen para la minería en la segunda mitad del año?
Diría, en general, que son perspectivas estables. En el caso del cobre, deberíamos mejorar los resultados del año anterior, podríamos estar arriba de las 2,7 millones de toneladas, quizás acercándonos a 2,9 millones toneladas de cobre, lo cual nos posiciona en el segundo o tercer puesto en la producción de cobre del mundo.
En el caso del oro, hay un crecimiento importante en producción, pero se debe fundamentalmente a la minería informal. Por eso, que es un año en el cual deberíamos debatir, deberíamos aprobar en el Congreso una nueva ley que permita formalizar al pequeño minero y al minero artesanal.
- En este rubro, se habló mucho sobre cómo el Congo superó la producción de cobre del Perú, ¿podríamos recuperar nuestra posición?
Son realidades bien distintas. El Congo superó o alcanzó el nivel de producción del Perú, básicamente a partir de yacimientos de altísima ley, que son una excepción en el mundo. En el Congo, hay yacimientos de 5% de cobre de contenido metálico cuando el promedio en el mundo son yacimientos de menos de 1%. Entonces, la otra dificultad que no hay que soslayar es que Congo es un país con poca infraestructura. La producción se traslada miles de kilómetros por carretera para finalmente salir a puertos y exportarse.
El Perú cuenta con mucha mejor infraestructura y un ecosistema para operar yacimientos. Entonces, la comparación con el Congo no es correcta porque son yacimientos de muy alta ley y que seguramente a lo largo del tiempo van a ir agotándose.
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- En el otro lado están los hidrocarburos, que tuvo caídas constantes en su producción de los últimos meses. ¿Qué expectativas podríamos tener?
En el sector hidrocarburos tienen que pasar dos cosas importantes. PeruPetro tiene que relanzar la licitación de los pozos petroleros. El Perú necesita explorar y renovar esos pozos petroleros y, por otro lado, se tiene que tomar una decisión sobre qué se va a hacer con la empresa estatal PetroPerú, que tiene que reestructurarse financieramente.
- ¿Y en el caso del sector de energía?
Lo que estamos esperando es que tengamos espacio con el Ministerio de Energía y Minas (Minem) para discutir y tener un plan de transmisión.
El Perú se está quedando atrás en inversiones de transmisión. Sin transmisión no vamos a poder tener un sistema competitivo en energía. Necesitamos que el portafolio de proyectos mineros, que es el gran consumidor de energía, se desarrolle para que, a su vez, veamos una segunda ola de inversión en energía renovable. Si hubiera un año de sequía, podríamos tener problemas serios de estar consumiendo energía diésel, que es cara, en los próximos años.
- En cuanto a los desafíos, ¿cuáles son los retos con vista al 2025?
Un desafío común para el sector minero, de hidrocarburos y de energía está relacionado a los permisos. Lo que necesitamos es una agencia ambiental mucho más ágil, que la doten de mayores recursos para que los trámites de licencia ambiental, que toman cuatro o cinco años, tomen solo un año. Eso va a permitir acelerar la inversión y que la competitividad del Perú crezca.
El otro tema común a todos es la preocupación sobre el Estado de derecho. En el caso de la minería aurífera, estamos viendo que necesitamos una política de control del país para que logremos desterrar la criminalidad de la minería.
- ¿Hay oportunidades que no se están aprovechando?
Tenemos un portafolio de proyectos mineros, que supera los US$ 50,000 millones y, de ese portafolio, 70% son proyectos de cobre. Hay dos razones fundamentales que los está atrasando. Primero es que las licencias ambientales son demasiado largas en tiempo y poco predecibles. Lo segundo es esta suerte de entorno social que no es el mejor.
Nuestros políticos; no solo ministros y congresistas, sino también los gobernadores, alcaldes y los representantes de comunidades; están con agendas muy de coyuntura, no son agendas de desarrollo del país.
- Un tema importante son las elecciones 2026, ¿considera que podría retrasar o afectar las inversiones de alguna manera?
En general, en minería, en hidrocarburos, y en energía son inversiones que tienen procesos largos de maduración y niveles de inversión muy importantes. Por lo tanto, no necesariamente se guían por un resultado electoral. Pero, claramente, el Perú necesita tener una clase política, una institución política más madura, que tenga planes de largo plazo.
Se está colocando en agenda lo equivocado. Lo principal es que el país tiene un potencial muy grande de desarrollarse en estos tres sectores y puede ser un tremendo pilar para el desarrollo social y económico. Deberíamos pedirle a los políticos que se discuta cuáles son los planes para el desarrollo socioeconómico del Perú y, en esa en esa discusión, va a aparecer la inversión minera, la inversión hidrocarburos y la inversión en energía.
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