El sector de confección tradicional en Perú está próximo a dar un giro. Para los exportadores está claro que para conquistar nuevos mercados primero hay que trabajar en nuevos diseños y colecciones. Y en esa ruta se encuentran, aunque en el camino, han hallado un destino “no tan exigente” y con potencial.
Se trata de Venezuela. Luego que el país presidido por Nicolás Maduro flexibilizara el control de cambios y permitiera que los bancos venezolanos reciban depósitos en divisas y facilite su uso para el pago de bienes y servicios -esto en el 2021-, permitió que los exportadores, a ese mercado, puedan cobrar en la moneda extranjera.
“Ese cambio significativo ayudó a redirigir nuevamente la mirada a ese país”, comenta Antonio Castillo, gerente de Estudios Económicos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI). Cabe indicar que antes del 2009, los envíos de prendas peruanas a Venezuela superaban los US$ 300 millones al año.
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En el 2018, sin embargo, a penas llegó a los US$ 2.2 millones. Pero, no fue hasta el cambio de su política monetaria que el valor de las exportaciones de prendas de algodón a ese mercado, por parte de Perú, se elevó a US$ 14.5 millones, para cerrar el 2022 con casi US$ 28 millones. Un crecimiento de tres dígitos que, según el gremio industrial, se volvería a repetir en los próximos dos años.
El centro comercial El Cementerio, ubicado en Caracas, es el destino principal de las prendas peruanas. Un emporio que reúne a cientos de mypes y desde donde se abastece al resto de Venezuela. Ese ‘punto comercial’ es de interés para los confeccionistas del emporio peruano Gamarra, afirma Susana Saldaña, una de sus dirigentes.
“Venezuela, así como Chile y Ecuador, no tiene industria textil y confecciones, entonces nuestro producto puede entrar a competir con los que importan otras cadenas extranjeras”, menciona la presidenta de la Asociación Gamarra Perú en diálogo con Gestión.
Aunque los pronósticos iniciales sobre el crecimiento del PBI de Venezuela para este 2023 eran alentadoras, en los últimos meses crece el temor de una posible desaceleración por la inflación. “Por eso tomamos con pinzas las estimaciones sobre este país, pero de todas formas, vemos un crecimiento”, anota Castillo de la SNI. Cabe indicar que el Fondo Monetario Internacional, en su última publicación del 14 de junio, refiere que la economía venezolana tendría una expansión de 5% este año.
Chile, Canadá y México
Si bien Estados Unidos es el primer mercado destino de las confecciones peruanas, con casi US$ 1,000 millones al cierre del 2022, se trata de exportaciones de ‘piezas terminadas’, es decir, el diseño y la paleta de colores lo generan las marcas como Lululemon o Lacoste, y en las fábricas de Perú se terminan de confeccionar.
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Una práctica que ha limitado la innovación en la industria y, por lo tanto, conquistar otros mercados interesantes como Canadá, Alemania, Francia y México -que demandan pijamas, ropas de bebés y ropa interior-, que registran un importante crecimiento como destinos nichos para Perú (ver cuadro de arriba). Sobre todo, en un momento en el que la producción de textiles y confecciones está en rojo en la primera parte del 2023.
Y, ¿qué es lo que buscan estos ‘nuevos’ países? “En Europa las tiendas o boutiques te piden diseño, una carta de colores y tus próximas colecciones. Es desarrollar todo un concepto de moda. Ahí como industria todavía nos falta mejorar”, reconoce Antonio Castillo. Para él la clave es integrar a la cadena de confección a las escuelas de moda como lo ha hecho Colombia con Inexmoda.
Aún así, hay algunos pasos que se están dando. Empresas como Textil del Valle o Camones, cuyas fábricas y negocio se han especializado en el volumen, están replanteando sus áreas de desarrollo de producto, que incluye a más diseñadores y soportes de producto. Y en esa línea, más de 60 empresas del rubro de confecciones han comenzado también un plan de modernización de equipos, con adquisición de máquinas en Italia, según información de la SNI.
Centros de distribución de Gamarra
Y desde las mypes peruanas, Gamarra apunta a entrar a estos mercados nichos por etapas. Primero a Latinoamérica, menciona Susana Saldaña. El plan consiste en abrir entre uno y dos centros de distribución este año. “Tenemos en el radar a Venezuela pero también a Chile y Ecuador”, comenta.
¿Qué falta? Dicho plan de internacionalización se ejecutará con apoyo del Gobierno, por lo tanto, esperan que la propuesta que presentaron a inicios de junio al Ministerio de la Producción y al de Comercio Exterior y Turismo sea aprobada en el corto plazo. Para la próxima semana ya se ha convocado a una segunda reunión de trabajo.
“Vemos que Chile, así como Florida (EE.UU.) tienen sus pequeñas zonas de comercio latino, donde es apreciada las prendas a base de algodón, ropas de bebés, camisas, polos, ahí apuntamos las mypes peruanas”, finalizó.
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