El mercado de electromovilidad cerró el 2024 dando pasos significativos al sumar más de 6,600 vehículos electrificados al parque automotor peruano, que ahora supera las 16,000 unidades eléctricas. Si bien para este año se esperaría casi duplicar la venta de vehículos electrificados, una serie de factores nos lleva a estar por debajo del promedio de otros países de la región.
En detalle, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive) precisó que el año pasado se vendieron 446 vehículos puramente eléctricos, 253 híbridos enchufables y 5,904 híbridos. En tanto, la Asociación Automotriz del Perú (AAP) proyecta que en 2025 se alcanzaría una venta de alrededor de 11,000 vehículos electrificados, de los cuales al menos 1,000 sería totalmente eléctricos debido a la entrada de nuevos modelos de bajo costo (por debajo de los US$ 25,000). Sin embargo, advierten un retraso en el sector.
Karsten Kunckel, presidente de la AAP, advirtió que la diferencia del mercado de vehículos electrificados entre Perú y otros países de la región es considerable. Por ejemplo, el año pasado, en Costa Rica se vendieron casi 12,000 vehículos netamente eléctricos, mientras que en el Perú apenas sumaron cerca de 400 unidades ante una falta de incentivos para fomentar la adopción de la electromovilidad.
Con menos incentivos al sector, indicó, una de las principales barreras que impiden una mayor tendencia de compra hacia autos eléctricos es la insuficiencia de electrolineras.
“Faltan señales claras por lado del Poder Ejecutivo de fomentar más las estaciones de carga y para que el consumidor también esté un poco más animado en invertir en un vehículo eléctrico. El aumento de electrolineras ha sido muy pobre. Con el incremento que podría darse este año, sería indispensable disponer de más electrolineras”, comentó a Gestión.
Adolfo Rojas, presidente de Aedive, coincidió en que ha habido poco incremento de electrolineras en el último año. Solo en 2024, se habrían incrementando cerca de 6 puntos de carga públicos, teniendo en total unas 65 zonas para cargas vehículos electrificados, entre lugares públicos y semipúblicos.
Rojas precisó que se necesita desplegar un plan para aumentar la cantidad de electrolineras públicas, por lo que aún no hay expectativas de cuántas estaciones de carga se podrían crear este año.
“Hoy la instalación de la electrolinera no responde a un crecimiento estratégico, un planeamiento. Se recomienda que se haga cada 50 kilómetros, pero depende mucho de las potencias de los cargadores, de los tipos de conectores que tengan estos cargadores y de toda la infraestructura que se pueda poner a nivel de la actividad eléctrica”, sostuvo.
El representante de Aedive señaló que las electrolineras que existen en el país no solo están dispersas, sino que algunas al ser semipúblicas no son accesibles para el público en general sin un permiso previo. A su vez, Kunckel de la AAP indicó que, si bien hay interés de las empresas de crear más electrolineras este año, no es sencilla la instalación.
“Se requiere de un abastecimiento de corriente adecuado. Entonces, probablemente hay zonas donde no es tan fácil conseguir la carga que se requiere para una electrolinera. Todo eso hay que planificarlo a futuro”, refirió.
Una de las medidas que se necesitarían a futuro, señaló, es que el Ministerio de Vivienda emita una norma para que las edificaciones y los estacionamientos subterráneos tengan la disponibilidad de conectar una mini electrolinera para los posibles inquilinos que tengan un vehículo eléctrico.
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Falta ley de electromovilidad
Rojas de Aedive, apuntó que, pese a que se habían hablado antes de planes para impulsar la electromovilidad en el transporte público o de carga, hasta el momento no se ha materializado ninguna política clara en este sentido.
“El mayor reto es que el país no cuenta con una ley de electromovilidad. No tenemos los incentivos claros que se van a poder dar a estos vehículos. Respecto a Colombia o Chile estamos casi 10 veces atrás. Calculo que todavía para mediados del 2026 podríamos estar al nivel de otros países si se hace una reducción del IGV, reducción de los aranceles para los vehículos eléctricos, y la reducción del costo patrimonio vehicular”, estimó.
Según la AAP, a la fecha se han presentando más de 18 proyectos de ley que buscan promover el uso de vehículos electrificados mediante incentivos tributarios. Sobre esto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha expresado preocupaciones sobre la recaudación fiscal, mientras que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) se ha enfocado en promover la electromovilidad en el transporte público de pasajeros y taxis, principalmente en Lima y Callao.
“Están tomando parte de nuestra propuesta para implementarla, pero lamentablemente el proceso es lento y todavía hay que dar varias regulaciones que no solamente son temas para los propios vehículos eléctricos, sino también para el tema del mantenimiento de estos porque no cualquier taller puede atenderlos”, comentó Kunckel.
Otra medida que se pide al Ejecutivo, indicó el representante de AAP, es la creación de zonas económicas especiales (ZEE), que permitirían al Perú dar los primeros pasos para la fabricación de vehículos eléctricos.
Kunckel afirmó que este tipo de incentivos permitirían que primero se fabriquen partes de vehículos eléctricos. Como se recuerda, el año pasado la compañía china BYD -que fabrica vehículos eléctricos e híbridos- mostró interés en instalar un planta en el Perú.
Por ello, el especialista de AAP consideró que en el largo plazo sería “perfectamente viable” que se produzcan vehículos eléctricos en el Perú pues se tienen todos los materiales que se requieren para un vehículo eléctrico.
“Tenemos desde el litio para la batería, el acero para la carrocería, el cobre para los cables. Pero antes tenemos que ser parte de la cadena de suministros, empezar a fabricar partes y piezas para los automóviles en general, no necesariamente solo eléctricos, para que un fabricante se interese en invertir en el Perú. Una inversión de una planta de ensamblaje en el país significa que mínimo el 50% de este vehículo tiene que ser de fabricación nacional”, explicó.
Este cambio en la industria de fabricación automotriz tanto para mercado interno como para exportación, añadió, se podría dar en un plazo de cinco años, pero dependería de cuánto tarde el Gobierno en aplicar incentivos, incluyendo la creación de la ZEE en Chancay.
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