
Un nuevo golpe al presupuesto público del Perú. El Congreso de la República aprobó, ya en segunda votación, la creación de 20 nuevas universidades públicas en 15 departamentos del país, alcanzando un nuevo “récord”, pese al desacuerdo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y la advertencia de un alto costo fiscal.
Solo el año pasado, el Poder Legislativo aprobó la creación de 14 nuevas universidades públicas en Cajamarca, Piura, Puno, Cusco, Ica, Junín y Lima. Aunque estos centros de estudios aún siguen en proceso de formarse, ya implican un costo para el Estado al que se sumarán las nuevas universidades aprobadas, según el Instituto Pulso Fiscal.
Para Adrián Rodas, economista y CEO del Instituto Pulso Fiscal, el costo inicial de operación de cada universidad será de aproximadamente S/ 2.5 millones por año. Esto significa que, sumando las 14 universidades públicas creadas en 2024 y las 20 recientemente aprobadas este año, el Estado deberá destinar cerca de S/ 90 millones anuales solo para su puesta en funcionamiento.
“Este impacto fiscal de cerca de S/ 90 millones por año es significativo y solo para que entren en operación inicial. Luego vienen todas las demandas en el proyecto de inversión y contratación, cada vez se va a incrementar más el impacto fiscal”, comentó a Gestión.
En solo dos años, el Parlamento ha impulsado más universidades que en la última década. Antes del 2024, indicó, en los últimos diez años previos solo se habían creado siete universidades. Ahora, en 2025, se rompe el récord del 2024.
Rodas precisó que el impacto de este costo en los próximos años dependerá de qué tan rápido entren en operación estas universidades, pues la puesta en marcha puede demorar varios años hasta su funcionamiento efectivo, pero advirtió que desde que se abre una comisión organizadora e inician los procesos para la fundación de la institución, gradualmente ya se está creando una presión fiscal.
En ese sentido, se genera una nueva situación crítica para el cumplimiento de las reglas fiscales. El Estado lleva dos años consecutivos alcanzando un déficit fiscal mayor a la recaudación y, pese a que se busca ajustar gastos, esta creación de universidades solo profundizaría el problema.
“Es ‘más leña al fuego’ al incrementar el gasto público, que no necesariamente se sustenta con mayor recaudación. Aunque las universidades puedan ir generar recaudación de a pocos, inicialmente solo es déficit”, sostuvo.

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¿Es realmente necesaria la creación de más universidades?
El debate por la creación de nuevas universidades no es solo una cuestión financiera. Desde el ámbito educativo, la exministra de Educación, Marilú Martens, consideró en que la iniciativa del Congreso carece de sustento técnico, lo cual representa un mayor riesgo en la calidad de la educación superior.
“Abrir universidades es importante porque hay un crecimiento de la oportunidad y de la oferta educativa, pero no es abrir universidades que no puedan demostrar calidad en todo su servicio. Estamos en medio de una crisis educativa y estas iniciativas no están alineadas con las necesidades reales de nuestro sistema educativo”, señaló.
Para crear una universidad, precisó, se necesita de un sustento técnico acorde a las necesidades del sistema educativo. Esto significa que se tiene que analizar si hay ciertas zonas donde hay población de estudiantes que no están siendo atendidos, revisar si se van a impartir las carreras que se requieren para el desarrollo de la región, entre otros aspectos.
Con la creación de anteriores universidades esto no se ha venido cumpliendo. Un reciente estudio del Centro para el Análisis de Políticas Públicas de Educación Superior (CAPPES) evidenció que la mitad de las 13 universidades nacionales creadas entre 2007 y 2011 no cubrían ni un 10% de la matrícula departamental.
Aunque tomó un promedio de siete años iniciar el funcionamiento de estas universidades, en estos centros solo se tienen entre 1,500 y 2,000 alumnos. Esta poca demanda, indicaron, está relacionado a la menor oferta de docentes en las localidades, así como el mayor interés de los jóvenes en estudiar en universidades reconocidas en la capital.
Incluso, CAPPES advierte que el gasto anual por alumno que se destina en una universidad pública provincial resulta tres veces mayor al monto que se asigna en una universidad regional.
Pese a esta evidencia, el Congreso insisten en la creación de más universidades. Solo en lo que va del 2025, se han presentado más de 20 proyectos de ley que proponen unas 28 nuevas casas de estudio en departamentos como Cusco, Madre de Dios, Piura, Lima, Cajamarca, Pasco y Loreto. La mayoría de estos centros de estudios estarían orientados a la formación pedagógica, el arte y la educación intercultural.
¿Cómo va la ejecución del presupuesto?
Otra observación es la falta de ejecución presupuestal. En los últimos 5 años el gasto promedio de las 52 universidades nacionales ha sido de poco más de 67% de su presupuesto asignados para proyectos, según datos del Portal de Transparencia Económica del MEF.
Si bien en 2024, las universidades usaron el 76.69% de su presupuesto destinado a proyectos, el porcentaje más alto registrado en los últimos años, aún hay centros que no llegan a gastar ni la mitad de los recursos asignados
Durante el año pasado, siete universidades ejecutaron menos del 50%, siendo dos de ellas creadas en el 2010. La Universidad Nacional Intercultural de Quillabamba (Cusco) solo usó un 38.7% del presupuesto, mientras que la Universidad Nacional Intercultural Fabiola Salazar Leguía de Bagua (Amazonas) ejecutó un 20.7%, por debajo de lo habían alcanzado en el 2023.

¿Cuál debería ser la opción?
En medio de esta situación, Martens apunta a que una alternativa más efectiva sería fortalecer las universidades existentes y fomentar la educación técnica de calidad, en lugar de apostar por la creación de nuevas instituciones sin planificación adecuada.
“Si el Congreso quiere responder a la demanda, lo mejor sería que universidades como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos o la Universidad Agraria La Molina abran filiales, en lugar de optar por medidas populistas sin sustento técnico”, refirió.
Víctor Fuentes, gerente de políticas públicas del Instituto Peruano de Economía (IPE), coincidió que incrementar el número de universidades, en lugar de fortalecer aquellas que ya existen difícilmente aportará positivamente sobre la mayor productividad.
“El desajuste entre demanda laboral y oferta en educación superior está determinado por tipos de carreras y especialización, no por la falta de universidades”, resaltó.
Fuentes destacó que en muchos casos, se en lugar de nuevos experimentos de universidades públicas, se requiere mayor educación técnica de calidad. Cabe mencionar que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 80% de la oferta laboral está enfocada en técnicos, pero cada año hay un déficit de 300,000 profesionales en este campo.