Luxemburgo (Reuters).- La Unión Europea buscará el viernes forjar normas para que los grandes ahorradores asuman pérdidas cuando un banco quiebra, una reforma delicada que podría dar forma al modo en que la zona euro hace frente a su debilitado sector bancario.
Los ministros de Finanzas reunidos en Luxemburgo intentarán resolver una de las cuestiones más difíciles planteadas por la crisis bancaria en Europa, cómo cerrar bancos quebrados sin sembrar el pánico o agobiar a los contribuyentes.
"Los costos de reestructuraciones futuras no pueden desaparecer sólo con desearlo", dijo un funcionario de alto rango de la UE implicado en las conversaciones. "Necesitamos un mecanismo para que el peso no caiga sobre el contribuyente".
La Unión Europea destinó el equivalente a un tercio de su Producto Interno Bruto a salvar a sus bancos entre el 2008 y el 2011, principalmente con dinero del contribuyente, pero ha tenido dificultades para contener la crisis y, en el caso de Irlanda, casi llegando a la bancarrota del país.
Pero Francia y Alemania están divididos sobre lo estrictas que deberían ser las nuevas normas, y París está preocupado de que la imposición de pérdidas a los depositantes podría llevar a una corrida de los bancos.
El borrador de la UE que dará forma al debate recomienda una orden de prioridad en la que primero los accionistas bancarios asuman las pérdida, luego los tenedores de bonos y finalmente los depositantes con más de 100,000 euros (132,000 dólares) en su cuenta.
Eso convertiría el duro trato a los ahorradores, que fueron parte del rescate de Chipre en marzo, en una característica permanente de la respuesta de Europa en futuras crisis bancarias. Los países de la UE tendrían que seguir estas normas ante la quiebra de un banco.
Hallar una solución rápida es importante en un momento en el que Europa intenta dejar atrás más de cinco años de problemas financieros y salir del estancamiento económico.
"Debemos actuar ahora mientras aún recordamos la crisis", dijo Erkki Liikanen, miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo, en Bruselas antes de la reunión.