El presidente de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), Enrique Quiñones estimó que, al concluir el presente año, el turismo receptivo habrá caído al 75%.
“Lamentablemente, el Perú no ha estado en el contexto mundial por una serie de restricciones debido a la pandemia (COVID-19) y las medidas adoptadas por nuestras autoridades”, sostuvo.
En ese sentido, calculó que, al cierre del presente año, unos 500 mil turistas extranjeros habrán visitado nuestro país.
Quiñones, sin embargo, expresó que el 2022 será un mejor año que el actual, pero que su recuperación debe medirse con los resultados obtenidos en el 2019.
“Nuestra base de referencia es el 2019″ para establecer un comparativo real ya que el 2020 y el 2021 “han sido años atípicos”.
En ese sentido, estimó que se incrementará el flujo turístico extranjero y al finalizar el 2022, “podría estar arañando a un millón de visitantes” con el esfuerzo del sector privado en atraer a turistas de diferentes países de la región.
“Tenemos capacidad aérea todo el año 2022, así como la reapertura de las fronteras terrestres de Chile y Ecuador”, puntualizó.
En ese sentido, el titular de Apotur manifestó que los visitantes extranjeros a nuestro país podrían llegar en primera instancia, de los países regionales (Estados Unidos, Brasil, México, Argentina y Canadá, entre otros).
Igualmente, dijo que los vuelos provenientes de los países europeos se han restablecidos en parte.
“Antes, había dos vuelos diarios a un determinado país de ese continente, ahora hay uno solo, pero desde Europa ya están restablecidas las conexiones y dichos vuelos llegan con la capacidad completa”, señaló el empresario.
Informalidad de los formales
De otra parte, Enrique Quiñones confirmó que la informalidad en el sector turismo fácilmente sobrepasa el 80%.
Al respecto, reconoció que es la actual realidad del turismo en nuestro país e inclusive, reveló que hay empresas formales que actúan en la informalidad.
“Ante la situación actual, no pueden cumplir con toda la formalidad que el Estado exige. Me refiero a los temas tributarios, a los temas laborales, los temas de cumplimiento que debemos tener con las municipalidades, entre otras exigencias. Todo esto es costosísimo para que una pequeña empresa pueda cumplir”, sostuvo.
En consecuencia, indicó que la empresa recurre a un cierto grado de informalidad y evita, por ejemplo, pagar algunos impuestos como el IGV.
“El Estado, con toda su burocracia, pide a las empresas a seguir para su formalidad, nos empuja a la informalidad”, declaró.
Por ejemplo, reveló que el Estado, a través de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), exige que los guías oficiales de turistas deben ser incluidos en planilla porque son personas que están trabajando para nuestros tours.
Argumentó que los guías trabajan para diferentes empresas y no pueden estar laborando a exclusividad para una determinada empresa turística.
“Los guías están en desacuerdo con dicha medida de la Sunafil, pero el ente gubernamental indica que los guías tienen que sujetarse a lo que indica la norma laboral, o sea, estar insertados en una planilla fija”, explicó Quiñones.
En ese sentido, calificó de “absurdo” esa medida, los funcionarios de la Sunafil no entienden el comportamiento de la actividad turística y “no desean escucharnos”.
Ausencia del Estado
Finalmente, el presidente de Apotur afirmó que el Estado brilla por su ausencia en la actividad turística y “no somos parte de sus planes para el 2022″.
“A estas alturas del año, no hay planes para el 2022. El Ministerio del Comercio Exterior y Turismo no sabe lo que se hará en el 2022. Las autoridades no comparten mucho con nosotros”, puntualizó.
Quiñones expresó su confianza que los cambios que se están suscitando en PromPerú no afecte la promoción del destino y recupere su sitial de gran promotor.
“En la actualidad, los miembros de Apotur somos los que salimos a promover el Perú e intentando a que nuestro país avance”, finalizó.