Con una inflación que podría superar el 70% en el 2022, los argentinos necesitan para sus compras diarias cada día más billetes, que en algunos casos no caben en los bolsillos, ya que el de mayor denominación vale menos de US$ 10.
La inflación, sumada al bajo nivel de bancarización que tiene el país, con alrededor del 40% de la economía en la informalidad, ha llevado a que los comercios terminen las jornadas saturados de billetes y deban afrontar un gasto de hasta 2% para hacer depósitos en efectivo en los bancos.
“El billete de 1,000 pesos ya no alcanza para nada. El alquiler de mi casa sale algo más de 50,000 pesos”, dijo Laura, una abogada de 40 años de la ciudad de Buenos Aires.
“Tengo que cargar con ese fajo enorme de billetes en la cartera, porque no me entra en los bolsillos, con el miedo a que me roben”, añadió.
Los 1,000 pesos representan US$ 8.4 en el mercado oficial de cambio, mientras que equivalen a US$ 4.79 según la cotización de las operaciones en la bolsa.
En México y Perú, el billete de mayor valor equivale a unos US$ 50, en Brasil a US$ 40, en Chile y Colombia a US$ 25 y en Paraguay a US$ 15.
Los expertos y el gobierno coinciden en que el principal problema de Argentina es la inflación, que alcanzó en abril un 58% anual y podría terminar el 2022 por encima de 70%.
“Si la denominación de los billetes queda muy desacoplada de las transacciones promedio de la economía, se genera una cosa muy ineficiente que es lo que pasa en Argentina, que para hacer un pago ridículo tenés que usar una cantidad enorme de billetes”, explicó Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos.
Con 1,000 pesos apenas se puede comprar dos paquetes de papel higiénico de primera calidad o menos de un kilo de carne vacuna en supermercados de Buenos Aires. Un menú infantil de una hamburguesa con papas fritas en una cadena de comida rápida cuesta 940 pesos.
“En Argentina no se sostiene tener un billete de 1,000 pesos. Pero esto se ha manejado políticamente: no quieren dar la sensación de algo que es evidente y es que la inflación les pasó por encima”, dijo Tiscornia, que espera una inflación de 73% en el 2022.
Si bien durante la pandemia del COVID-19 se incrementó el uso de medios electrónicos para las transacciones comerciales, todavía gran parte de las ventas se realizan en efectivo.
En medio de la controversia, el presidente Alberto Fernández presentó el lunes nuevos billetes, que no cambiarán la denominación pero sí su diseño: las imágenes de animales autóctonos serán reemplazadas por las de próceres argentinos.
“Para los bancos es una locura de tiempo y de costos operativos y de almacenamiento, hay entidades que están saturadas de billetes”, dijo una fuente del sistema financiero que pidió no ser identificada.