El exministro de Economía, David Tuesta, reflexionó acerca del desencuentro entre el ministro Carlos Palacios (Energía y Minas) y Óscar Graham (Economía y Finanzas) en relación al respaldo del gerente general de Petroperú, Hugo Chávez Arévalo, que se busca desde del Minem pese a que la estatal perdió su grado de inversión.
Según reflexionó Tuesta Cárdenas, el actuar de Palacios Pérez para presionar que se avale la gestión de Chávez Arévalo no tiene precedentes en gobiernos anteriores.
“Por eso nos llama tremendamente la atención este tipo de bravuconadas a través de comunicados, redes sociales, y lo que se observa adicionalmente es un comportamiento por parte del Minem muy similar a lo que es Perú Libre. Lo lógico es que el presidente Pedro Castillo le diga adiós al presidente de Petroperú y al ministro de Energía”, manifestó en diálogo con RPP.
Además, recordó los mensajes vía twitter del congresista Guido Bellido (Perú Libre) donde recrimina a Óscar Graham ante su resistencia para favorecer al gerente general de Petroperú.
“Perú Libre nos a acostumbrado a este tipo de acciones. Lo hemos visto por el respaldo que ha tenido por personas que son representativas de esta bancada. Conminando al ministro de Economía y diciendo que tiene que renunciar”, sostuvo.
“Acá lo que se puede observar es un capítulo adicional de falta de coherencia que tiene el Ejecutivo. Lamentablemente, esto más allá de una anécdota se convierte en un elemento peligroso y con consecuencias financieras muy grandes”, añadió.
En otro momento se refirió a la agencia calificadora S&P y su baja clasificación de riesgo en dólares de Petroperú a ‘BB+’, lo cual coloca a la empresa estatal en su lista de revisión especial con perspectiva negativa.
“Esto significaría que Petroperú, la empresa que funciona con dinero de todos los peruanos, termine pagando en efectivo algo que es un financiamiento por 30 años”, indicó.
David Tuesta explicó que esto afectaría de manera reputacional. “Esto al final tiene contagio también en el financiamiento del país como Gobierno, muy difícil de separar ambos aspectos más allá que la solvencia del Perú sea calificada de una manera distinta”, puntualizó.
“El otro implica lo que significa la política económica del Gobierno, la credibilidad de la misma porque no estamos hablando solamente de anécdotas de meritocracia”, concluyó.