Estamos previendo que el déficit fiscal va a tener un descenso importante este año y el próximo a niveles de 3.8% y hacia adelante como promedio de 3.5%; sin embargo, la evolución del déficit no va a ser suficiente para dar estabilidad al ratio de deuda pública (deuda pública/PBI), señaló Hugo Pera, economista jefe de BBVA Research.
Indicó que se prevé el ratio de deuda mantenga una trayectoria creciente que la ubicaría hacia finales del 2026 en 42.1%. Este sería un incremento gradual desde los niveles actuales por debajo del 35%.
Dijo que no es un ratio complicado por las características de la economía peruana respecto al tamaño, desarrollo de mercado de capitales y el que aún haya “apetito” por los activos financieros locales. Sin embargo, habría preocupación respecto a las acciones para estabilizar y contener la trayectoria del ratio de deuda, para lo cual se necesitaría reducir aún más el déficit, y por lo tanto más ingresos por el lado tributario o una mayor contención de los gastos del gobierno.
“Para lograr una convergencia hay que tomar medidas ahora y evitar que se prolongue la tendencia ascendente, pues luego sería más complicado tomar acción y generaría disrupciones por ajustes fiscales bruscos”, manifestó.
Señaló que, en caso de continuar una trayectoria ascendente y superar los niveles de 50%, el crecimiento de la economía podría verse comprometido.
“Se dice que cuando un país emergente supera el 50% del PBI en términos de deuda es cuando se empieza a lastrar el crecimiento. Esto porque las tasas de interés suben mucho y el gobierno tiene que dirigir gran parte de su presupuesto a cumplir obligaciones de deuda. Asimismo, también se ve afectado el sector privado e inversión, porque las tasas a las que se presta el gobierno son referencia para otras. Finalmente esto desacelera la economía y se crece menos”, dijo Perea.
Señaló que este aspecto es de considerar de cara a evitar una posible nueva corrección en la calificación crediticia, como ha pasado recientemente con Moody’s y Fitch, además del cambio de perspectiva (a negativa) por parte de Standard and Poor’s . “Llegar hacia niveles alrededor del 40% es sostenible para nuestra economía, pero sí genera preocupación alrededor de las perspectivas sobre la política fiscal para poder contener esa subida. Es difícil saber si ante esto necesariamente traiga un recorte en la calificación en el corto plazo”, afirmó.